Guido Finzi nació en Buenos Aires, en 1968, y se trasladó de pequeño con su familia a España, donde ha vivido en Madrid y Granada, entre otras ciudades. Ha publicado los libros de relatos Rumbo Sur (2012), Miradas (2015) y Portugueses y otros relatos (2023). También la novela Herr Doktor, historia de un encuentro (2018). Su estilo es limpio y elegante, claro, irónico y en ocasiones melancólico o mordaz, dejando abierto siempre un espacio para el sentido del humor y la intriga.
Sus historias se mueven entre los escuchado y lo visto, lo intuido y lo sospechado, lo vivido, lo imaginado, la memoria, el recuerdo, la sospecha y la intuición. Sus personajes participan con frecuencia de lo frágil, la bruma y lo desaparecido, de un tiempo abolido que no siempre fue mejor.
Cultiva con gran acierto la tradición narrativa de los ya clásicos autores argentinos, con inevitables toques borgianos y claras influencias de Osvaldo Soriano, Horacio Vázquez-Rial, Marcelo Birmajer, entre otros, y continúa con esmerada destreza el camino trazado por Paul Auster, Elie Wiesel, Modiano, Isaac Bashevis Singer y Aharon Appelfeld.
Aforifinzi (2024) es su primera incursión en el género aforístico de cuyo libro hemos seleccionado 15 aforismos para la revista Purgarte.
Madurar es perder la inmortalidad.
Despacio, en silencio, y sin llamar la atención, van madurando los acontecimientos decisivos de nuestra vida.
Nuestra mayor tragedia es que nuestra vida vaya por delante de nosotros.
El rencor es para tenaces.
Es más fácil vivir como un personaje que siendo uno mismo.
Nunca nos falta una excusa para nuestras debilidades.
La esencia de la esperanza es el desafío a las posibilidades.
Hay cosas que siempre están tratando de llegar a nosotros.
¡Qué capacidad tenemos los humanos para hacer tantas cosas a destiempo…!
El sentido del humor es el desahogo de la inteligencia.
Qué desperdicio mentir y no resultar interesante.
Nuestra edad es la de nuestra mirada sobre las cosas.
Lo contrario del pesimista no es el optimista, sino el pánfilo.
La desgracia nos arrima a cualquiera.
No se puede ser artista sin haber perdido algo.