¿Las mujeres nacen con un instinto maternal o es más bien un arquetipo impuesto por la sociedad?
Asumir el instinto maternal sería afirmar que criar viene naturalmente del hecho de ser madre. Pero no todas las mujeres son espontáneamente maternales. Hay mujeres que tienen hijos y no saben o quieren criarlos. Al fin y al cabo, como defiende Badinter, el amor maternal “es sólo un sentimiento humano y como tal, es incierto, frágil e imperfecto”.
Martín, 2019, p.41
Bebé Ninja (2021), una coming of age dirigida por la realizadora noruega Yngvild Sve Flikke, se aventura a plantear cuestiones que giran en torno a la maternidad vista como una responsabilidad y la paternidad como una elección individual.
La vocación de Rakel por el dibujo queda expuesta desde el primer segundo iniciada la cinta; esta afición será el elemento central que le dará sostén tanto al argumento como a la protagonista que le ayudarán a conocerse a sí misma y las personas que convergen a su alrededor.
Por sospechas e insistencia de Ingrid (Tora Christine Dietrichson) a su mejor amiga y rommie, Rakel, (Kristine Kujath Thorp) de realizarse una prueba de embarazo, ya que en ella ha notado cambios físicos y comportamientos inusuales, Rakel, incrédula, acepta. Da positivo. ¿Quién será la otra parte responsable? Sin la certeza de el periodo de embarazo en el que se encuentra, Rakel, de bote pronto, repasa los hombres con los que ha tenido encuentros sexuales recientes: Mos (Nader Khademi) y Dick Jesús (Arthur Berning).
Mos, su instructor de aikido, la acompaña a su revisión con una obstetra, pues su intención es realizarse un aborto. Para su infortunio, está en el segundo trimestre de embarazo y el aborto deja de ser una opción. ¿La alternativa? Dar a su hijo en adopción; en la misma consulta, se percata de que Mos no es el papá –algo que se intuía puesto que ambos usaron métodos anticonceptivos durante el acto–. Rakel va a visitar a ‘Dick Jesús’ para darle la noticia y hacerle saber lo que pasará con el feto.
Bebé Ninja (Herman Tømmeraas) se hace presente en el imaginario de Rakel con propósitos catárticos y se apropia del espacio tangible con la intención de ayudarla con las decisiones inmediatas que dependenderán el porvenir de ambos y en el que recaerán las quejas, culpas y opiniones.
‘Dick Jesús, encarna el estereotipo de hombre que basa su vida en el libertinaje, alejado de toda responsabilidad y estabilidad; le achaca la culpa a Rakel de haber permitido eyacular dentro de ella y la disputa finaliza con el acuerdo mutuo de dar en adopción al hijo y no volver a saber más de la situación.
Transcurren los últimos meses antes del parto y Mos se vuelve parte de la vida de Rakel; le declara su interés romántico –“Tu embarazo no es lo primero en lo que pienso cuando te veo”, le declara Mos– y aún sin formalizar, ambos crean un vínculo en el que comparten sus intereses y ambiciones del mundo geek, particularmente en el mundo del cómic y los juegos de rol.
De súbito, Dick Jesús reaparece tajante, asegurando que tuvo una epifanía que lo hizo cambiar de opinión y argumenta que no le puede quitar el derecho a paternar y formar una familia con Rakel sin siquiera detenerse a preguntarle sí es lo que ella desea también.
–Estoy seguro de que serias una madre increíble.
–Pero no tengo ningún deseo de ser mamá. Nunca ha estado en mi lista.
Después de unas cuentas complicaciones, Rakel da a luz a una pequeña Nina Bibi y mantiene una platica con Dick Jesús –su nombre es Son, pero se dirige y refiere a él con ese seudónimo hasta que las circunstancias cambian y hasta que Rakel lo ve ya no como un hombre desobligado e irresponsable, sino como un futuro padre–. Ambos afirman que él no sería un padre ideal, pero por lo menos él se gusta a sí mismo como padre.
Después de siglos de autoridad y ausencia paternas, parecería que nace un nuevo concepto, el de amor paternal, que se asemeja al amor de la madre hasta el punto de confundirse con él.” La maternidad es un don y no un instinto, nos recuerda. Igual que la paternidad si a los hombres se les otorga el derecho a ser padres presentes, no sólo proveedores económicos. Ni el amor de la madre ni el amor del padre es un amor natural. “No existe el amor, existen las pruebas de amor,” dice Badinter citando al novelista y guionista de cine Roger Vailland.
(Martín, 2019, pp.5-6)2
El desenlace queda abierto a interpretación, pero lo que podría inferirse es que Rakel siguió su ambición de convertirse en historietista, entregándole a la hija de Son uno de los tomos impresos de Bebé Ninja – Historieta probablemente con un viro feminista, lo cual no sería descabellado de pensar, puesto que en un momento animó a Mos a transformar personajes que él había creado y la historia de trasfondo, pues a juzgar por Rakel, carecía de personajes femeninos y el desenlace era cruel y violento. Al haber reflexionado al respecto, momentos antes de la labor de parto, Mos le platicó sobre su nuevo personaje, Leila y su relato a lo Mulán–.
La sinopsis que ofrece la plataforma de Streaming MUBI para esta película hace hincapié en que Bebé Ninja es la hermana rebelde de La Peor Persona del Mundo (Joachim Trier, 2021) y es acertado en tanto que ambas, contemporáneas, advierten las presiones a las que las mujeres son sometidas y a la incesante búsqueda por encontrar su lugar en el mundo.
El leitmotiv de Yngvild es contundente y está más vigente que nunca al retratar sin tapujos ni tabúes a una mujer real: imperfecta. Sin romantizaciones ni convencionalismos hollywoodenses.