Sihara Nuño es una poeta, aforista, tallerista y librera, aunque no le gusta llamarse por ninguna de estas profesiones. Tiene un Máster en Investigación por la UPV pero es investigadora de las cosas minúsculas. Sus últimos libros publicados han sido: El olor del espacio, La filtración de la luz, Sólo el ruido, Cerdo con monóculo, Anatomía, Enormidad, Hipopotomonstrosesquipedaliofobia, La casa que nos habita y Los cerdos también sonríen.
Ha participado en las antologías: Maternidades, Para una teoría del aforismo, 11 Aforistas a contrapié, Espigas en la era, Del cántaro a la fuente… Ha publicado en diversos periódicos y revistas digitales. Ha realizado diversos talleres y participado en varios festivales internacionales.
Y, sobre todo, trabaja en la búsqueda constante de la divulgación poética y en socializar la ciencia.
Tu último poemario, La filtración de la luz, publicado por Chamán ediciones, entabla un interesante diálogo con el libro Seis piezas fáciles, de Richard P. Feynman, uno de los físicos más importantes del siglo XX. ¿De dónde viene esa querencia, tan presente en toda tu obra, por acercar lo científico y lo poético?
Mi poética es la duda. El poema es la respuesta y la ciencia la siguiente pregunta o quizá a la inversa. Dice José Luis Morante en una de sus críticas “… la ciencia convence y el poema conmueve”. Me gusta la respuesta objetiva del método científico, me gusta la respuesta filosófica del método aforístico y me gusta el factor sorpresa que otorgan los nuevos conocimientos poéticos del mundo. El mundo es complejo y sólo fragmentado, así como se fragmentan la luz, podremos comprender su totalidad.
Parece que tus libros se van engarzando unos con otros como herramientas para encontrar sentidos y respuestas: en Hipopotomonstrosesquipedaliofobia tratas el tema de las enfermedades mentales; en Anatomía, la repercusión de lo psíquico sobre lo físico; La filtración de la luz trata de la influencia del entorno físico; El olor del espacio, incorpora lo químico… ¿Hacia dónde va este proyecto personalísimo? ¿Qué piezas faltan todavía en este puzzle?
La mente; nos falta la memoria y los sueños; ellos también transforman la realidad que percibimos. Decía que fragmentada la realidad es más fácil digerirla pero que no se confunda, no sólo veamos un fragmento; somos todos los fragmentos. Somos un cerebro todavía con ecos primitivos, irracionales, somos un cuerpo en conexión con nuestra mente y el entorno; nuestra cotidianidad se transforma según nuestra memoria o según el frío que haga allá fuera, el calor que haga dentro. Por supuesto ahora indago en esa realidad digital que se erige entre el mundo material y la tecnología. No podemos comprender la ciencia sin su tecnología. Tecnologías que deforman el contexto que nos circunda.
¿Qué autores te influyen?
Sin duda Carl Sagan, Mario Bunge, Richard P. Feynman, Marvin Harris; María José Mas, Marie Curie. Pienso en figuras como la de Hipatia, Hugo Gutiérrez Vega, Elena Garro o Jaime Sabines.
¿Es el conjunto de tu obra una divulgación científica con ramalazos poéticos o tal vez un intento de acercarnos a la poesía desde una vertiente científica?
Aspiro a ser, a escribir sobre lo que me maravilla y a través de ello, socializar tanto la ciencia como la poesía. Ambas necesitan acercarse y se acercadas a la cotidianeidad.
¿Qué aporta a tu mirada el máster en investigación?
La técnica, ir tras la pesquisa. Aunque el máster fue una experiencia compleja y preferí no seguir con el doctorado. Es importante resaltar que el conocimiento y esa capacidad de “dudar” e “investigar” no sólo lo otorga un título académico. He estudiado un diplomado en “Astronomía” después del máster ( entre otras cosas), y no descarto hacer un posgrado en Neurociencias.
¿Pueden las neuronas evolucionar del poema al acto?
Ejecutar la acción del pensamiento, pensar nuestros actos y flexionar el pulgar, eso nos ha hecho evolucionar de la neurona a ser el poemaespecie humana que somos.
¿Es lo mismo para ti una fórmula física que un soneto?
No, me intriga más la fórmula física, aunque no la comprenda me gustaría descifrar su enigma, la fórmula que buscaba Hawking, esa teoría del todo. Objetiva. El soneto en cambio posee una estructura predecible pero sobretodo subjetiva. En todo caso ante el soneto prefiero el aforismo, el fragmento, el verso libre.
Hay un aforismo de Enormidad que me desgarra un poco más cada vez que lo leo: “Nada más aterrador que encontrar un vestigio humano en donde creíamos estar solos”, y otro, en El olor del espacio, que me ilumina: “Si he de elegir, elijo lo desconocido”. ¿Son tus lugares ideales, y los más buscados, lo virgen, lo insondable, el misterio, lo inhóspito, lo incómodo, lo frágil, el origen, lo pequeño, lo microscópico, lo invisible, lo desconocido?
El siguiente paso, el lugar que nunca hemos de alcanzar o de repetir.
Daniel, agradezco tu lectura atenta, gracias por tu tiempo, por el interés y seguir el laberinto, los nodos que conectan mis libros.
Como dicen esos hermosos versos que aparecen en La filtración de la luz, ¿es tan difícil mantener “ese ardor de nacer una vez más a lo desconocido”?
Somos una especie asustadiza, como sociedad preferimos lo predecible, votamos a los partidos políticos por ser los menos malos, vamos por el mismo camino al trabajo porque nos es familiar y ya reconocemos los baches, vivimos en las peligrosas zonas de confort. A mí me gusta “nacer una vez más a lo desconocido”.
De vez en cuando regresas a México y participas en actos culturales, ¿nos puedes decir algo más sobre esto?
No me doy cuenta en el día a día pero ya van a ser siete años de vivir en esta parte del planeta. Cada año que vuelvo a México hago agenda para saludar a mis amistades, aprovecho les veo y así compartimos la palabra, de tal forma que he podido hacer presentaciones con Hiram Barrios, Blanca Rocío, Rodolfo Naró, Lizeth Sevilla, participar en el taller de Miguel Orozco y publicar con la editorial La tinta del silencio.
He vuelto a participar en el Encuentro Internacional de Poetas en Zamora, he regresado a Lagos de Moreno que tanto me gusta, he visitado Aguascalientes de la mano del gran poeta Rubén Chávez Ruíz y compartido palabra con Roberto Resendis Carmona , en mi querida Guadalajara estuvimos con Blanca Batis, Jesús Cruz y Juan Carlos Gallegos. De la mano de Juan Manuel Uría, Coyi Coyi, Lucy Martínez y Daniela Nuño hemos hecho alguna exposición en Atemajac de Brizuela.
En definitiva es poder ver y abrazar a los amigos. No me gustaría olvidar a nadie y si agradecer su siempre mano extendida.
¿Qué es para ti ser librera? ¿Nos recomiendas algunas lecturas?
Ser librera es permanecer cerca del conocimiento, continuar indagando. Hago mucho trabajo de investigación y eso me mantiene mentalmente apasionada.
Recomendar un libro es un deporte de alto riesgo que muchas veces se toma a la ligera, puedes estropear el gusto por la lectura o todo lo contrario. Una gran responsabilidad. A mí me gustan 3 libros que recomiendo plenamente:
- El mundo y sus demonios… de Carl Sagan. Este libro lo tengo prestado y espero me lo regresen… o no, es más bonito compartir el conocimiento. También recomiendo leer Cerebro de Broca.
- Cualquier libro del gran Jaime Sabines o del magnífico Mario Bunge.
- Las novelas de Luisa Etxenike. Los aforismos de Enrique Gallego, Michel F., Jon Bengoetxea o la pedagogía de Rebeca Wild.
¿Próximos proyectos?
Espero que este año se publique Craneal, última entrega de la tetralogía que me impuse y deseo que se traduzca Ilargi. Mientras tanto y poco a poco trabajo dos libros de aforismos, uno de ellos “a cuatro manos”.
Por supuesto Noski! es un proyecto distinto, continúo, otra forma de escribir el poema.
Por último, ¿algo que añadir?
“Este aforismo te piensa”.