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Golpe en el museo, un thriller con aliento de crónica

El ejercicio periodístico de Imanol Subiela reivindica el valor del patrimonio histórico y su uso político, sí, pero la gran hazaña del libro es traer de vuelta una historia olvidada que permite entender la conciencia de un país a través de la relación que guarda con su acervo cultural.

En Golpe en el museo, Imanol Subiela Salvo se propone develar todos los entresijos de un robo que tiene lugar en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. Una madrugada después de Navidad, la Colección Mercedes Santamarina desaparece de su sitio. Gracias a la documentación recabada de manera concisa y a una sucesión de imágenes perfectamente narrada, el autor nos va llevando a través de los capítulos con un estilo prolijo sin permitirnos despegar la mirada.  

Estamos, pienso, ante un thriller con aliento de crónica, puesto que la habilidad de Subiela para hilar todas los sucesos y descubrirnos el paradero de las obras es de un contador de historias excepcional. El relato comienza durante la dictadura militar, pero no se sabe de las obras hasta 25 años después. Las preguntas ante tal enigma empiezan a resonar por todos lados, haciéndonos partícipes del misterio.

Imanol Subiela no solo documenta un robo, sino que deja entrever cómo la política condiciona la preservación del patrimonio cultural de un pueblo. Es, de alguna manera, un testimonio histórico sobre la cultura y la política en Argentina. El hecho de que pasen casi dos décadas intentando encontrar una colección que incluía arte impresionista de Matisse, Renoir, Gauguin, Cézanne y Lebourg, valuada en veinte millones de dólares, refleja una suerte de lucha por la transparencia y la justicia.

Los escenarios clave que entraman todo este evento son necesarios para recordar de dónde parte y qué camino se ha ido construyendo en torno al concepto de preservación. Aunque el libro se define a partir de la idea de arrojar luz respecto a los usos culturales de la dictadura, de los cuales se ha hablado menos que de la desaparición, el secuestro y la tortura. Por mucho que se ignore, los bienes públicos y privados también pueden servir como un instrumento represivo.

El ejercicio periodístico de Imanol Subiela Salvo reivindica el valor del patrimonio histórico y su uso político, sí, pero la gran hazaña del libro es traer de vuelta una historia olvidada que permite entender la conciencia de un país a través de la relación que guarda con su acervo cultural.

Por Alba Otero

Periodista. Observar, escuchar y reflexionar, mi mantra periodístico.

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