Arráncate esa tira:
te oprime, ata y enreda.
Esos golpes en el pecho,
aplastaron un corazón
que yacía blanco.
No confundan,
la mirada baja,
no incomoden.
Tu forma de ser,
siempre condicionará el todo.
Tu forma de expresarte,
será de histérica.
Tu forma de contradecir,
será de loca.
Tu forma de expresar tus deseos carnales,
será de puta.
El estruendo de las palabras,
que jamás te apropiarás.
Por mi culpa, mi culpa y mi grandísima culpa.
Porque quiero quitarle el puesto a Caronte,
deambular con la barca,
con todas esas almas,
que solo buscaron libertad.
No habrá más monedas,
y menos por la belleza,
malnacidos esos Carontes,
que no nos llevaron al embarcadero.
Me arranco de mi pecho,
todas esas tiras de pobre misericordia.
Esa que jamás tuvieron.
Se llevaron todo,
y nos preguntan de quien es la culpa.
El perdón fue un pase,
una supervivencia.
Ahora quememos el tablero,
no habrá reglas.
No habrá preguntas sobre la culpa,
pero la respuesta no será el perdón.