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Nuccio Ordine y la sabiduría de los muertos 

Los hombres no son islas. Los clásicos nos ayudan a vivir (Acantilado), uno de los últimos libros que escribió el pensador italiano Nuccio Ordine antes de morir en junio del año pasado —poco después de hacerse acreedor al premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades—, es una obra que debe de leerse. El autor continúa la tarea —iniciada en su obra más conocida La utilidad de lo inútil y en Clásicos para la vida1— de reivindicar el valor de la literatura como medio para vivir mejor en un mundo crecientemente dominado por la especialización y el utilitarismo.  

Este tomo subraya el carácter social del ser humano y pretende elogiar a la “humanidad concebida como el cruce inexplicable de una multitud de vidas”. Ordine inicia su exploración a partir de frases de Séneca —“no vive para sí quien no vive para nadie”— y de versos del gran poeta inglés del siglo XVII, John Donne, que dan título al libro: “Ningún hombre es una isla, ni se basta a sí mismo; todo hombre es una parte del continente, una parte del océano […] la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque soy parte de la humanidad”. 

En total, el texto incluye 51 fragmentos clásicos del pensamiento, cada uno seleccionado y comentado por el autor para ilustrar distintos aspectos del carácter humano. Se enfoca especialmente en escritos que denotan la importancia de involucrarse y apoyar a los demás, no sólo por consideraciones altruistas, sino también para desarrollar la vida más satisfactoria posible, pues, siguiendo a Séneca, “no se puede ser feliz pensando sólo en uno mismo”.

Así, por dar algunos ejemplos, Ordine comenta los siguientes textos: la carta de Camus al profesor que le cambió la vida, notando la valía de buenos maestros para sus estudiantes; versos de Tommaso Campanella en defensa de la meritocracia; un escrito de Erasmo en favor de combatir el fanatismo e impulsar la convivencia civil; páginas de Gramsci criticando a los indiferentes frente a la degradación del gobierno y la sociedad, pues “vivir significa tomar partido”; el Discurso sobre la servidumbre voluntaria de Étienne de La Boétie para recordar que la llave de nuestra prisión está en nuestras propias manos; una carta de Rilke a un joven poeta enalteciendo la pedagogía de lo difícil contra lo sencillo y superficial…

Esta aproximación por parte de Ordine es acertada. Los grandes clásicos nos ayudan a discernir lo que nos hace humanos y por ello son “útiles” desde un ángulo no estrictamente cuantificable y utilitarista, ¿o no decía Sócrates que el autoconocimiento provoca la auténtica felicidad? Cabe destacar que un texto sólo obtiene el rango de “clásico” al causar interés a través de sucesivas generaciones debido a que comunica algo clave sin importar el contexto histórico. En efecto, alcanzar tan prestigiosa categoría no depende de la moda ni de un presupuesto para promoción editorial, y apunta a verdades válidas para todo tiempo y lugar. 

Por ello, Ordine ve con preocupación que el gusto por los clásicos se esté perdiendo. Observa que cada vez es menos común la pasión por la lectura y más frecuente el apego a lo material y las gratificaciones instantáneas. En términos más amplios, considera que la visión humanista del mundo va en franca retirada, lo que a su vez afecta los lazos de solidaridad y empatía entre los hombres. Para él, la nuestra es una época “marcada por el crecimiento dramático de las desigualdades y de la explotación, del egoísmo y de la avidez”, en que domina “la indiferencia, la supremacía de los números y las medidas, la dictadura de la rapidez y la banalización de las relaciones humanas (cada día más sometidas a lo virtual, hasta el extremo de que la amistad se reduce a un clic en Facebook)”.

Ordine no avanza hipótesis sobre las razones profundas de esta tendencia hacia individuos atomizados, islas en vertiginoso movimiento enfocadas en la productividad y ganancia. ¿Se deberá a la desacralización del mundo y la pérdida de la concepción orgánica de la sociedad afín a la religión? ¿O será por el ascenso de la tecnología y del cientificismo? ¿O por la expansión de una visión de laissez-faire (recordemos el famoso dicho de Margaret Thatcher: “para mí no existe eso llamado sociedad, sólo existen los individuos”)? 

En el ámbito de la teoría política, hay quienes postulan que tal atomización se explica por el predominio de valores que desestiman los vínculos entre individuos y con los grupos que los integran. En esta vertiente están filósofos agrupados bajo la escuela “comunitarista” como el escocés Alasdair MacIntyre y el canadiense Charles Taylor, quienes enfatizan la necesidad de centrarse en los rasgos formativos que hacen a los individuos parecidos —y no diferentes— entre sí. A su vez, MacIntyre privilegia la necesidad de recuperar la idea de virtud y Taylor de defender el multiculturalismo.     

Octavio Paz también abordó este tema. En uno de sus últimos ensayos —“Nosotros: los otros”— el Nobel mexicano exploró la importancia de los vínculos que unen a los individuos con sus semejantes. En este sentido se remontó a Plotino y filósofos taoístas para afirmar que “si no hay otro que no sea yo, no hay tampoco yo. Pero si no hay yo, nada se puede saber, decir o pensar”. Más aún: “La identidad se resuelve en dualidad: sin el dos, el uno no sería”. 

Tal disquisición embonaría bien en esta magnífica compilación de Ordine, que tiene la fortuna de retomar un tema —los riesgos de un individualismo estrecho— que no suele ocupar un lugar central en el pensamiento contemporáneo. Y qué duda cabe que el autor lo retoma de la mejor manera: haciéndonos entablar una conversación con los muertos —los otros que ya no están con nosotros—, cuya voz más potente resuena a través de los clásicos. Sin duda, las sugerencias que nos mandan desde la tumba tienen el potencial de indicarnos el camino hacia la mejor versión de nosotros mismos.

Nuccio Ordine, Los hombres no son islas. Los clásicos nos ayudan a vivir, Acantilado, Trad. de Jordi Bayod, Barcelona, 5ª reimpresión, 2023, 287 pp.

  1. Barcelona, Acantilado, 2013 y 2017, respectivamente. ↩︎

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