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Pájaros del fin del mundo

En su tercer libro, el boliviano G. Munckel presenta historias que se introducen en lo sobrenatural y el terror.

El mundo es más extraño de lo que parece y G. Munckel (Cochabamba, 1988) lo entiende bien y lo demuestra en los doce cuentos que conforman su espléndido libro Un montón de pájaros muertos (Nuevo Milenio, 2024). 

Cada una de las historias empieza retratando una situación por lo general ordinaria en la que lo extraño se empieza a introducir muy despacio, con cuentagotas, siguiendo una progresión natural que comienza a inquietar al que lee. Es muy curioso, y memorable, como ese primer relato (sin que podamos imaginar lo que aguarda más adelante) sienta las bases y la promesa de lo que será el resto del libro, algo que no siempre sucede con las colecciones de cuentos. Esa primera historia, “Guía de aves”, en la cual un niño le cuenta a su madre el sueño que tuvo la noche anterior mientras ambos desayunan, es una puerta entornada tras la cual aguarda un terror primigenio que está a punto de liberarse para cambiar el mundo tal y como lo conocemos.

Hay una narrativa principal, o núcleo incandescente, que se desarrolla a lo largo de cuatro relatos (“Guía de aves”, “Un montón de pájaros muertos”, “Rara avis” y “La voz del árbol”), la cual se profundiza y expande en una forma que acentúa el desconcierto inicial y genera ese terror masoquista que obliga a leer sin parar. Munckel va cambiando el foco de personajes que se ven inmersos en una situación inusual: la súbita muerte de la mayoría de las aves, sin que nadie entienda o pueda aventurar alguna explicación. Las implicaciones y consecuencias de dicho fenómeno se empiezan a vislumbrar cuando ya es demasiado tarde para hacer algo. Cada uno de estos cuentos funciona dualmente: se pueden disfrutar como algo autoconclusivo o como la nouvelle terrorífica que se forma al juntarlos. El lector solo sospecha de esta relación a medida que va entrando en cada historia, lo cual aumenta el miedo que ya se ha metido bajo su piel.

Pero eso no es todo, extraordinaria y fascinante como es esa historia central, Munckel la intercala con otros cuentos igual de retorcidos en donde la extrañeza y lo insólito entran de forma natural y hasta inevitable en la vida de los personajes. Una anciana empieza a ver un mensaje misterioso en la pantalla de su televisor a altas horas de la noche. Un grupo de amigos comienza a ver una luz extraña al fondo de un bosque mientras juegan básquet y deciden ir a ver de qué se trata. El despertar sexual de dos adolescentes que observan por un hueco en la pared a la tía desnuda de uno de ellos, aunque lo que ven no es tan sensual como habrían imaginado. 

Un montón de pájaros muertos; G. Munckel.

Lo espantoso es que los cuentos nos dejan con la sensación de un desarrollo lógico de eventos, como si lo que pasa fuera algo que siempre había estado destinado a suceder así.

Una de las cualidades de Munckel es el uso de un lenguaje claro y una forma pausada y natural de narrar, sin entrometerse en ningún momento, mostrando lo que sucede hasta sus terribles consecuencias como una especie de camarógrafo impasible filmando eventos aterradores sin ninguna afectación. Esa revelación de que algo ajeno ha hecho irrupción en la realidad y cambiado todo es algo que gradualmente entra en la cabeza de los personajes y, cuando se comprende el peligro, ya es poco lo que queda por hacer.

El motivo que desata el desastre, el principio del fin, no es en apariencia nada causado por la estupidez humana como el agotamiento de los recursos naturales o la destrucción de la fauna; lo que da paso al horror es algo que podría haber estado aguardando un largo tiempo para acontecer, como un evento que ni el profeta más maldito se hubiera atrevido augurar.

Algunos de los otros cuentos pueden estar asimismo relacionados con la historia principal que se va desenvolviendo en Un montón de pájaros muertos y podrían ser una clave para ampliar la comprensión de lo que sucede, a la vez que funcionan como historias independientes, otro elemento a resaltar de esta colección. Por ejemplo, el último cuento, “El año de la tormenta”, podría ser algo que sucede en un futuro cercano después de los eventos de “La voz del árbol”, una especie de Apocalipsis acontecido luego de ese final aterrador. 

Para los amantes de la narrativa extraña, que siempre están en esa búsqueda incansable de más y mejores historias oscuras, anoten este título y agreguen este escritor a sus listas. No se van a arrepentir.

G. Munckel es autor además de los libros de cuentos El día del fuego (Nuevo Milenio, 2020) e Imposible regresar al lugar del que te fuiste (Nuevo Milenio, 2021).

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