I
Surgida en 1999, la editorial española Páginas de Espuma –comandada por el binomio Juan Casamayor y Encarnación Molina— es, probablemente, la editorial que contiene el más amplio catálogo de autoras y autores de cuento tanto en España como de Latinoamérica, y que mezcla talentos consagrados, talentos noveles y autores clásicos.
La colección Voces/Literatura lleva publicados más de 350 títulos.
Alcaravea, de Irene Reyes-Noguerol, es el título 362 de la colección.
II
Irene Reyes-Noguerol (Sevilla, 1997) estudió Filología Hispánica con Premio Extraordinario y Máster en Educación Secundaria por la Universidad de Sevilla. Realizó un Taller de Escritura Creativa como galardón de la Universidad Camilo José Cela de Madrid. Sus relatos han obtenido 46 premios literarios y han sido incluidos en varias antologías. Su primer libro, Caleidoscopios (Ediciones en Huida, 2016), lo publicó a sus 18 años. Su segundo libro de cuentos, De Homero y otros dioses (Maclein y Parker, 2018), lleva 3 ediciones y fue prologado por Fernando Iwasaki.
La revista Granta –en su segundo listado, publicado en 2020— seleccionó a Irene como una de las veinticinco mejores voces narrativas, de menos de 35 años, en español; compartiendo créditos con Cristina Morales, Paulina Flores, Camila Fabbri, Mónica Ojeda, Andrea Chapela, Aura García Junco, por nombrar algunas de las personas seleccionadas.
Alcaravea, su tercer libro de cuentos, va en su 5ta edición y ha sido reconocido con el Premio Cálamo Otra Mirada, el Premio TodosTuslibros «Javier Morote» a la autora revelación y el Premio Andalucía de la Crítica.
La Música, la Danza, el Cine y los viajes son, junto a la Literatura y la escritura, son sus mayores pasiones.
III
La Alcaravea es la gran metáfora simbólica que contiene a los 12 cuentos incluidos este en este libro; pues dicha planta –también conocida como Carum carvi—tiene diversos fines:
- Medicinal: en infusión, esta especia calma los cólicos infantiles pero, además, su uso tópico sirve para limpiar y cicatrizar heridas.
- Culinario: un sabor, amargo y dulce a la vez.
- Relajante: su aroma, usado en aceites y lociones, tiene una cualidad tranquilizante.
En Alcaravea, Irene Reyes-Noguerol deja ver su gran capacidad narrativa, pues en cada cuento somos introducidos, a través del ritmo y la cadencia de cada palabra, cada oración, en la atmósfera y espíritu que cada uno de ellos posee.
Tan solo hablaré de algunos cuentos para dar una idea general de lo que el lector podrá encontrar.
Por ejemplo, en el primer cuento, Carta a Theo, (Irene parte de una pregunta: ¿qué le habría dicho Van Gogh a su hermano?): Con un tono muy poético, marcado por el ritmo de la coma, el lector se enfrenta a una historia —casi como a un lienzo— donde la desesperanza, la distancia con la vida y una especie de pérdida interna son los elementos que le dan color a un cuento que plasma cómo la depresión, la locura, formaron parte importante de la vida de Vincent Van Gogh y estas se reflejaron en cada cuadro.
En el tercer cuento, Estos días azules, el verso poético es la herramienta narrativa para darle voz a una mujer que, conforme vamos avanzando, nos va relatando las pérdidas que ha sufrido: una mudanza obligatoria por la guerra, la muerte de su esposo a temprana edad y la de una hija. Es la historia de una madre que se mantiene con vida porque aún le quedan 2 hijos por los cuales ver. El ritmo poético que se asoma en este cuento me recuerda a los poemas que van fragmentando las palabras, tal y como se ha desmoronado la vida de esta madre.
En el cuarto cuento, Oír el mar, el esposo de Marta –dramaturgo de profesión– relata cómo el Alzheimer le ha ido arrebatando la vida, los recuerdos, que construyó al lado de su esposa. Una historia de amor puro y desinteresado, pero también de apego a una historia de vida que se esfuma al ritmo de las olas del mar.
En La primera piedra —séptimo cuento del libro— una madre le explica a una doctora la historia de su primogénito que está enfermo, probablemente muriéndose, en un hospital por haber consumido drogas y alcohol; y ella está dispuesta a hacer hasta lo imposible por mantenerlo con vida por amor, por miedo a vivir sin él, porque es contra natura: una madre nunca debe enterrar a sus hijos.
En Bastardo —penúltimo cuento del libro—, un hermanastro relata el sufrimiento que ha significado vivir en el anonimato y a la sombra de un hermano y su familia, a los que quisiera conocer para entender por qué su padre los prefirió a ellos. Él los observa y los dibuja en su librera para llenar los huecos que la distancia y los silencios le han ido dejando; mismos que probablemente nunca se llenarán, pues el miedo y la sensación de sentirse menos le impiden acercarse.
Y aunque la pérdida, el dolor, la muerte y el horror son los protagonistas y/o hilos conductores de cada una de las historias que conforman esta colección de cuentos, existe un hálito de ternura, esperanza y paz que hace reconfortante cada historia.
IV
En Alcaravea, Irene Reyes-Noguerol no solo rinde homenaje a las canciones de cuna que solían cantar las tradicionales nanas o niñeras, sino a los cuentos infantiles como los que escribieron los hermanos Grimm —que están lejos de las adaptaciones que Walt Disney realizó—, que a su vez fueron un rescate de los cuentos y las leyendas folclóricas de Alemania que, como los relatos y leyendas tribales y/o fundacionales del resto del mundo, tenían como fin ofrecer aprendizajes y lecciones tanto a las niñas y niños como a la población en general, donde la muerte y el sufrimiento son parte importante.
La forma en que construye las atmósferas de cada uno de los cuentos que conforman Alcaravea, con la debida distancia, me da la sensación de estar frente a un diálogo generacional con El llano en llamas de Juan Rulfo.
V
No es de extrañar el éxito que ha tenido este volumen de cuentos, pues no solo nos remite a las raíces fundacionales de las historias de ficción, sino que también viene a recordarnos que siempre, en medio del horror, permanece la belleza de estar vivos.
Corran y vayan por su dosis literaria de Alcaravea.