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Poesía

Alebrijes

Rumor de ojos claros, ojos abiertos como dos fósforos prendidos, como dos cohetes que despegan hacia un planeta perdido del cual no sabemos nada.


Con la boca pintada de amarillo, el mercurio se disuelve entre mis dientes. Hay claveles perfumados en mi pecho, que se funden con un rojo vivo de pirámides y ceremonias. No tengo alas, pero sí pies gigantes que se vuelven azules al toque de la luz. Resplandor de girasoles, fulgor de jazmines en mi rostro. Todo cabe aquí, desde el mapa de un reino perdido hasta el camino de mi casa al trabajo. En fin, la verdad es que hay transformaciones que se disfrutan. Leones o tigres, no lo sé, que caminan por el techo y se meten por la ventana. Rumor de ojos claros, ojos abiertos como dos fósforos prendidos, como dos cohetes que despegan hacia un planeta perdido del cual no sabemos nada. Universo de selvas tatuadas en la piel y nubes vagabundas que migran de tu boca a la mía. Allí, entre múltiples manos púrpuras que dibujan la aurora.