Ahoraque la orquesta se ha callado. Nunca escucharemos más, el canto del cisneplateado. Una lluvia de manos y ojos inundanuestro cuerpo. Hemos dejado de serlo que fuimos. Ahorasolamente nos queda, este sabor amargode azul cobalto. Memoria decien cuchillos rojos, que habitan en un suspiroentrecortado. Rumor de un caballo que se agita y relincha, al sonido de los balazos.
Munición de nostalgia
