Te recuerdo,
en el azul ingrávido
del día en que te hallé;
las buganvilias
adornan el brillo de tus ojos,
me dices que me amas,
sospecho que yo también,
pues a veces,
al dormir,
no me apetece despertar;
abro los ojos,
hace siglos que no estás.
Te recuerdo,
en el azul ingrávido
del día en que te hallé;
las buganvilias
adornan el brillo de tus ojos,
me dices que me amas,
sospecho que yo también,
pues a veces,
al dormir,
no me apetece despertar;
abro los ojos,
hace siglos que no estás.