Categorías
Series

Celebrando los 60 años de Hechizada: Un legado de magia y modernidad

Su mezcla de fantasía, humor y comentario social la ha convertido en un clásico intemporal, y su legado sigue vivo en cada repetición, en cada homenaje, y en cada espectador que, como muchos, sigue maravillándose con la magia irresistible de Samantha Stephens.

Hace 60 años, en 1964, el mundo de la televisión fue testigo de la llegada de una serie que revolucionaría para siempre el género de la comedia: Hechizada (Bewitched). La historia de una encantadora bruja que intentaba vivir una vida normal como ama de casa suburbana y esposa de un mortal se convirtió rápidamente en un fenómeno cultural. Hoy, seis décadas después de su estreno en ABC, sigue siendo una de las comedias clave de la televisión universal, recordada por su innovación, sus entrañables personajes y su influencia en la forma en que se representaba a las mujeres en los medios.

La serie debutó en 1964 y se mantuvo en antena durante ocho temporadas y 284 episodios (en blanco y negro y posteriormente en color) hasta 1972, logrando un éxito notable desde su primera emisión. La magia del sitcom no solo residía en los efectos especiales que mostraban cada semana los trucos mágicos de Samantha, sino en las dinámicas familiares y las tensiones que surgían de su doble vida como ama de casa y hechicera, con una buena dosis de sátira social.

Hechizada fue creada por el guionista y productor Sol Saks, quien se inspiró en la película de 1942 Me enamoré de una bruja (con Frederic March y Veronica Lake), aunque después de crear a los personajes y escribir el piloto, se retiró del show (solo recibía regalías) y en gran parte dejó todo en manos de William Asher, el productor, y de su esposa, Elizabeth Montgomery, la actriz protagonista, quien le dio vida a la serie y su esencia única. A mediados de los 60, Montgomery ya había trabajado en cine y televisión, pero este programale proporcionaría la plataforma para transformarse en una de las estrellas más queridas del momento. Interpretaba a Samantha Stephens, una joven bruja inmortal que, tras casarse con un hombre común y corriente, el publicista Darren Stephens, decide renunciar a sus poderes para llevar una vida “normal”. Sin embargo, el humor del programa residía en que, a pesar de sus mejores esfuerzos, Samantha no podía evitar usar su magia para resolver las situaciones cotidianas de su nueva vida como esposa y madre.

La serie inició producción el 22 de noviembre de 1963 (el día que mataron a Kennedy) y si primer capítulo salió al aire en septiembre de  1964 por la cadena ABC (en aquél entonces solo había tres cadenas televisivas en Estados Unidos) y se mantuvo al aire durante ocho temporadas hasta la primavera de 1972, logrando un éxito notable desde su primera emisión. La magia de Hechizada no solo residía en los efectos especiales que mostraban los trucos mágicos de Samantha, sino en las dinámicas familiares y las tensiones que surgían de su doble vida como ama de casa y hechicera.

Elizabeth Montgomery fue el corazón del show. Su personaje de Samantha Stephens no solo era hermosa y mágica, sino también una mujer moderna, ingeniosa, y astuta. El personaje rompía los estereotipos de la época sobre las esposas sumisas y dependientes que ofrecía la TV, donde aparte de Lucille Ball, no había otra protagonista absoluta. La Montgomery, además, tuvo un rol más profundo en la serie de lo que muchos podrían haber imaginado. Además de protagonizar el show, fue una colaboradora activa en la producción junto con su marido William Asher y participaba con los escritores en la creación de historias, algo que no era común en la televisión de la época (excepto por el poder ejercido por la Ball en sus propios productos). Su papel detrás de cámaras dejó una huella duradera en la industria.

Elizabeth Montgomery en Bewitched.

El show también contaba con una figura icónica y poderosa en la pantalla: Agnes Moorehead, quien interpretaba a la formidable Endora, madre de Samantha. Bruja descarada, snob y poderosa, constantemente rechazaba la idea de que su hija renunciara a la magia y viviera como la esposa sumisa de un simple mortal, cuyo nombre siempre parodiaba. Pero no solo eso: Moorehead la dotó de un estilo chic y elegante que reflejaba la propia personalidad de la actriz, quien había sido una estrella del cine clásico. Moorehead, ya tenía una carrera prolífica (recordemos su papel en Ciudadano Kane de Orson Welles) y logró dotar a Endora de una mezcla perfecta de autoridad, encanto y picardía sarcástica, convirtiéndola en uno de los personajes secundarios más memorables de la televisión. Tristemente, Moorehead falleció en 1974, dos años después de que la serie llegara a su fin.

Un elemento que marcó un antes y un después en la serie fue la salida de Dick York, el afable actor quien interpretó al primer Darren Stephens durante cinco temporadas. York, conocido por su habilidad para la comedia física y su formidable química con Montgomery (así como por sus muy grandes orejas), tuvo que abandonar el programa debido a problemas de salud, derivados de una lesión crónica en la espalda que lo debilitó con el tiempo. Fue reemplazado por Dick Sargent a partir de la sexta temporada. Aunque Sargent aportó su propio estilo al papel, el cambio fue notorio para los fans, quienes en su mayoría seguían prefiriendo a York. Sin embargo, Sargent logró mantener el equilibrio y la serie continuó con éxito hasta su conclusión en 1972.

Bewitched contó con una gran cantidad de estrellas invitadas, muchas de las cuales ya eran conocidas o lo serían en el futuro. Actores como Bernard Fox, quien interpretaba a Dr. Bombay, el médico de las brujas, y Paul Lynde, como el excéntrico tío Arthur, aportaban su humor único. Además, Alice Ghostley, quien interpretó a la doméstica Esmeralda, y Maurice Evans, como el imponente padre de Samantha, también hicieron contribuciones notables. La serie se convirtió en un lugar para que los talentos mostraran su versatilidad y encanto.

El éxito rotundo de Hechizada en ABC atrajo la atención de las cadenas rivales, en particular NBC, que intentó replicar la fórmula a la temporada siguiente con I Dream of Jeannie (Mi Bella Genio), creada por Sidney Sheldon (quien después alcanzaría mucha fama como autor de bestsellers de amor y lujo en escenarios cosmopolitas y con protagonistas ricos y desvergonzados) estelarizada por Barbara Eden y Larry Hagman. Aunque Jeannie se ganó su propio grupo de seguidores, siempre fue vista como una copia baratona y menos profunda de Hechizada. Las críticas señalaban que mientras la original ofrecía una reflexión más sofisticada sobre los roles de género, I Dream of Jeannie se limitaba a la fantasía adolescente de una rubia servil y sexy, sin mucho subtexto, lo que la hizo menos duradera en términos de impacto cultural.

Aunque en la superficie Hechizada podía parecer solo una comedia de fantasía y enredos, la serie ofrecía un comentario implícito sobre los roles de género en los años 60. Samantha, una mujer poderosa que poseía habilidades sobrenaturales, constantemente intentaba conformarse a los ideales tradicionales de una esposa “normal”. Este dilema reflejaba las tensiones que muchas mujeres de la época experimentaban al intentar equilibrar sus propios deseos e identidades con las expectativas sociales de ser esposas y madres.

El feminismo incipiente de la década de 1960 encontró en Hechizada un relato con el que podía identificarse. Por un lado, Samantha se sometía voluntariamente a los ideales tradicionales al renunciar a su magia, pero por otro, su independencia y su capacidad para tomar el control de las situaciones (usando o no sus poderes) la convertían en un personaje más empoderado de lo que se permitía en muchas otras sitcoms de la época. El personaje de Samantha se diferenciaba de este estereotipo y Endora utilizaba un lenguaje al estilo de Friedan para criticar la aburrida tarea de ser una ama de casa suburbana constreñida por la voluntad de su marido, al que hacían pasar aprietos para enseñarle mediante algunas lecciones, a mantener a raya su chauvinismo. 

Bewitched (1964).

Otros han observado cómo la serie se aprovechaba de una rica carga de estereotipos culturales y alusiones a las brujas, los roles de género, la publicidad y el consumismo, e incluso la integración racial y la diversidad que en esa época eran tabú. En el episodio “Eat at Mario’s” (27 de mayo de 1965), Samantha y Endora utilizan sus poderes para defender y promover un restaurante italiano de calidad. Disfrutan de un papel activo y agresivo en el espacio público, abriendo nuevos caminos en la representación de las mujeres en la televisión.

Un momento clave en la serie fue el nacimiento de Tabitha, la hija de Samantha y Darren. En la vida real, Elizabeth Montgomery estaba embarazada, y el guion incorporó su embarazo en la trama. El episodio en el que Tabitha nace se convirtió en el más visto de la televisión en ese momento, atrayendo a más de 31 millones de espectadores. Este acontecimiento consolidó aún más el éxito de la serie y su capacidad para conectar con el público de manera masiva.

Con el paso de los años, el show ha sido revalorizado a través del prisma del postfeminismo. La crítica y la academia han señalado cómo la serie, que parecía tan inocente y divertida en su momento, en realidad ofrecía un retrato más subversivo del conflicto entre el individualismo y el conformismo de las mujeres en la sociedad estadounidense de mediados del siglo XX.

En la actualidad, Samantha Stephens ha sido vista como una precursora de las mujeres empoderadas de la televisión contemporánea, como Buffy Summers o incluso Miriam “Midge” Maisel, la heroína de The Marvelous Mrs. Maisel. Los estudios de género ven a Hechizada como un programa que, sin pretender ser abiertamente feminista, ofrecía a sus espectadores una visión compleja y matizada de la vida de las mujeres en la época, cuestionando los roles y las expectativas a las que estaban sometidas.

En 1972, tras ocho exitosas temporadas, el programa llegó a su fin. Aunque seguía en buen lugar de rating, no hubo un motivo único para la cancelación, varios factores contribuyeron. El agotamiento del formato, la competencia de nuevos programas, la separación de Elizabeth Montgomery y su marido, William Asher, el productor y sobre todos su deseo de explorar nuevos papeles llevaron a que la serie finalizara. Ella había encarnado a Samantha por casi una década y estaba lista para dejar atrás a la bruja de nariz respingada, que la movía para crear magia, y embarcarse en nuevos desafíos como actriz.

Tras el final de la serie, Montgomery continuó trabajando activamente en televisión y cine, consolidándose como la reina de los telefilmes en la década de 1970. Protagonizó producciones impactantes como A Case of Rape (1974), una película para televisión que le valió una nominación al Emmy y la aclamación crítica por su interpretación de una mujer que busca justicia tras ser violada. Otros trabajos destacados incluyen el thriller de suspenso The Victim (1972) que sostiene la intriga hasta la toma final de la última escena, The Legend of Lizzie Borden (1975), donde interpretó a la célebre acusada de asesinato, y la miniserie acerca de la migración hacia el Oeste en The Awakening Land (1978); en ellos demostró que podía llevar a cabo papeles dramáticos intensos y que su talento iba mucho más allá de la comedia ligera. 

El legado de la serie no se detuvo con su cancelación. La serie dejó una huella imborrable en la televisión y ha sido referenciada, homenajeada e incluso copiada en varias formas a lo largo de los años. En 1977, se lanzó una secuela titulada Tabitha, que seguía las aventuras como adulta de la hija de Samantha y Darren, pero no tuvo el mismo éxito que su predecesora y duró media temporada.

En 2005, se estrenó una película basada en Bewitched, dirigida por Nora Ephron y protagonizada por Nicole Kidman y Will Ferrell. Aunque inicialmente el proyecto parecía prometedor, sufrió varios percances. Originalmente, Ephron y Kidman habían seleccionado a Jim Carrey para el papel masculino, pero cuando este dejó el proyecto, Will Ferrell lo sustituyó. Ferrell, quien por contrato podía  reescribir partes del guion, hizo esro para aumentar su protagonismo, lo que terminó afectando el tono de la película, y lo que pudo haber sido un homenaje encantador a la serie original terminó siendo un fracaso comercial y crítico.

Hoy en día, 60 años después de su estreno, Hechizada sigue siendo una de las comedias más queridas y recordadas de la televisión. La serie no solo capturó el espíritu de su tiempo, sino que también ofreció una narrativa que sigue resonando en la actualidad. Su mezcla de fantasía, humor y comentario social la ha convertido en un clásico intemporal, y su legado sigue vivo en cada repetición, en cada homenaje, y en cada espectador que, como muchos, sigue maravillándose con la magia irresistible de Samantha Stephens.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *