I
Héctor Sevilla, miembro de la Asociación Filosófica de México y de la Sociedad Académica de Filosofía de España, se ha inscrito en una tradición filosófica (Aristóteles a Nicómaco y Fernando Savater con Amador): heredarle una serie de pensamientos a las futuras generaciones; en este caso a su hija.
II
A lo largo de trescientas cinco páginas, Héctor Sevilla –a través de un discurso amoroso y liviano– le presenta a su hija, Sofía, un total de veinticuatro reflexiones sobre diversos conceptos filosóficos: admiración, valentía, decisión, criticidad, criterio, libertad, cosmovisión, independencia, prudencia, confrontación, conocimiento de sí, cuidado de sí, solidaridad, apertura, sabiduría, desapego, paz, integración, gozo, espiritualidad, amor, resiliencia, perseverancia y gratitud.
Cada concepto filosófico es desarrollado por Héctor Sevilla a modo de carta íntima que le permite a su hija, y al lector, adentrarse de una forma muy amena.
El recorrido y/o estructura del libro es evolutivo, pues cada concepto viene siendo la cimiente del siguiente; donde pareciera que tanto Sofía como el lector van coleccionando definiciones que ayudarán a comprender y mirar de otra forma el mundo donde habitamos.
El recorrido cierra con una sentida carta donde Héctor -en calidad de padre- le pide a su hija continuar con su vida cuando -por razones naturales de la vida: la muerte- su padre se adelanta, pues, asegura Héctor Sevilla: la mejor forma de honrar a la persona que ha partido es viviendo plenamente y agradeciendo haber compartido el camino con el ser amado.
III
Ética para Sofía. Cartas de un filósofo a su hija, publicado por la editorial Kairós, es un gran viaje -casi iniciático- donde el héroe o heroína va obteniendo las herramientas necesarias para afrontar la vida con sabiduría y fortaleza tanto intelectual como emocional.
Y aunque está hecho o enfocada para un público infantil/juvenil, considero que todo adulto debe enfrentarse a estas páginas, pues sin duda, saldrá confrontado y reiniciado.
IV
A continuación, les comparto unas sentencias para que puedan darse una idea de lo necesario que es leer este libro:
“Nos relacionamos con los mundos simbólicos que están en la cabeza el otro, así que no hay manera de no relacionarme contigo que esté exenta de la expresión de mis cosmovisiones. Lo que uno habla muestra lo que aprecia.” (Sobre la Cosmovisión).
“La auténtica plenitud proviene de tu entendimiento y tu esfuerzo personal (…). La sabiduría en torno a la vida nos permite disfrutarla, a pesar de que no evita que nos mojemos o nos quedemos fríos al salir de la gran piscina.” (Sobre la Sabiduría).
Ser una persona espiritual consiste en escuchar el Silencio de Dios, saberlo tan lejano que está cercan, tan ajeno que se asume propio. En ciertos momentos de la existencia conviene despedirse de las figuraciones de Dios para dar la bienvenida a lo absoluto.” (Sobre la Espiritualidad).
Por más independencia que anhelemos, necesitamos ser comprendidos y recibidos por otro. No se trata de solo sentir, pero tampoco de absolutizar la insensibilidad. (…) ninguna pareja te regalará la felicidad, más bien compartirás la felicidad que construyas junto con alguien más. Las veces que te conectes de manera auténtica descubrirás que el otro es habitado por una esencia espiritual. Si pones atención, verás que existe un soplo armónico que nos hace encontrar la presencia de lo absoluto en quien amamos.” (Sobre el Amor).
La vida es solo un suspiro en el que aprendemos a soltarla (…). La vida nos mata a todos, pero matamos a al muerte cuando ofrecemos un legado para los que siguen el juego (…). La vida es un soplo que nos dibuja en el aire y solo las vidas que se entregan merecen al final desdibujarse. Desperdiciamos los dones si los guardamos cono temor, así que entrega los que tienes para que florezcan en los demás.” (Sobre la Vida y la Muerte).
Hasta aquí la probadita de lo maravilloso que es el libro escritor por Héctor Sevilla.
