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La literatura ante la realidad telúrica: una entrevista con Said Vladimir Ramírez

El escritor guerrerense Said Vladimir Ramírez tiene en El Responso su propio Comala, su propio Macondo, paraje de atmósfera misteriosa donde el realismo mágico brota como manantial pletórico.

El Responso es un lugar inquietante, donde al entrar, uno no puede dejar de sentirse acechado; hay una presencia incisiva en medio de la espesura selvática que rodea al poblado. Los habitantes, resultan seres humanos extraños, de los que sabemos poco, pero desearíamos conocer más. En los 14 cuentos que componen Cómo cazar al tigre (La tinta del Silencio, 2019), los personajes entran y salen de las historias (algunas ocurrentes, otras trágicas), exhibiendo la fragilidad de la condición humana, que aquí, se ve amenazada por una naturaleza alerta que espera apacible a sus presas.

El escritor guerrerense Said Vladimir Ramírez tiene en El Responso su propio Comala, su propio Macondo, paraje de atmósfera misteriosa donde el realismo mágico brota como manantial pletórico, empujando a los protagonistas a enfrentarse a sus miedos y obsesiones. Con una prosa ágil, el autor describe de forma poderosa personas y situaciones, tomándose el tiempo necesario para crear tensión en el lector; cualquier evento es posible en los rincones de la enigmática aldea, enclaustrada en una maleza que se antoja explorar, aun con los peligros latentes que representan esos ojos amarillos, como el nombre del primer relato.

Pero, sobre todo, Cómo cazar al tigre despierta la curiosidad de quien se acerca a la obra: ¿cómo será la rutina cotidiana de Don Manuel Quiñonez, el curioso alcalde de El responso? ¿Qué llevó a Aniceto Morales, el borracho del pueblo, a terminar de esa manera? ¿Sería posible una consulta con el brujo Melquiades, para corroborar lo que cuentan las leyendas? O bien, esa fiera tan indomable, el manchado, ¿cómo llegó ahí para vivir atemorizando a todos? ¿A dónde se va cuando huye? El manchado es el animal que atraviesa todo el volumen, una analogía sobre el miedo que acecha desde las sombras húmedas de la selva, donde el verde de la vegetación, se torna casi negro.

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Said, encuentro algunos de tus relatos bañados de una profunda melancolía. Pareciera que los personajes añoran tiempos pasados de paz y luz, ante la oscuridad que los vigila. ¿Tú también añoras el pasado? ¿Cómo ve un escritor joven, como tú, el mundo actual, uno que igualmente parece acercarse peligrosamente a las tinieblas?

La melancolía siempre ha sido uno de los temas recurrentes en mi escritura. Y eso responde a mi necesidad de atesorar instantes, momentos o incluso lugares que se han perdido por la fugacidad de las cosas sino también producto del mundo tan acelerado en que actualmente habitamos. La expansión de lo urbano, en todas sus manifestaciones, está haciendo que los mundos rurales desaparezcan a una velocidad vertiginosa llevándose consigo su universo de saberes. Para mí, la literatura es una forma de poder salvaguardar un poco de la esencia de esa realidad telúrica que se nos diluye entre las manos. 

En el universo de Cómo cazar al tigre coexisten las sombras de Comala y la vegetación abundante de Macondo; tú tomas estos elementos y creas un entorno propio para tus personajes, que son únicos, muy peculiares. ¿De dónde vienen? ¿Cómo creaste estas figuras?

Cómo cazar al tigre es un libro que surge de una amalgama un tanto extraña al combinar el folclore guerrerense, el sincretismo del tigre en sus diferentes manifestaciones, y mi inclinación por la literatura latinoamericana; en particular, la novela rural o telúrica que caracterizó gran parte del siglo XX latinoamericano. Es por todo lo anterior, que Cómo cazar al tigre puede ambientarse en Guerrero, Ecuador, Latinoamericana o cualquier coordenada del globo donde se pueda escuchar rugir al tigre. Los personajes que transitan por las páginas son tipos humanos que se alimentan de la realidad latinoamericana y de los distintos folclores, incluyendo también la realidad indígena.

Encuentro dos ideas claras que se asoman dentro de las páginas del libro. Una tiene que ver con el abuso del ser humano contra la naturaleza y el otro, es exponer a la condición humana como su propio enemigo. El hombre es el lobo del hombre, aunque en este caso, es un tigre, una fiera de ojos amarillos que en su ambigüedad, ataca de diversas formas. Además de estos, ¿qué otros símbolos o ideas consideras haber colocado dentro de tus relatos?

El libro también asume una postura crítica en contra del capitalismo incipiente como se ve en el cuento “Maderero” o un pensamiento ecologista como se dice por medio de boca de los personajes al advertir sobre el respeto que merecen los animales y la naturaleza en el cuento “Narrador amazónico”, finalmente el tigre dentro de sus matices simbólicos es una forma de enfrentar ese pasado ancestral que como muchos de nosotros mestizos urbanizados y ciudadanos del siglo XXI hemos pretendido dejar  atrás como algo que únicamente se puede encontrar en un museo; ese pasado llega como tigre furioso para instalarse en el presente de los lectores.

Además de la influencia de Rulfo y García Márquez, ¿qué otros autores han marcado tu literatura? ¿Qué autoras o autores mexicanos han llamado tu atención recientemente?

Jordi Soler es uno de los autores mexicanos con los que he sentido una afinidad temática debido a sus novelas rurales que exploran el mundo de la haciendas cafeteras. Sin embargo, mi verdadera influencia se encuentra en la literatura ecuatoriana, y de forma especial en la literatura ecuatoriana de los años 30. La mezcla de primitivismo y modernidad de esa literatura fue un parteaguas para la construcción de mi propio universo narrativo. 

Los terribles blues de Guayaquil (La tinta del Silencio, 2024), es tu trabajo más reciente. ¿De qué trata?

Los terribles blues de Guayaquil es una novela que se fragua a partir del viaje que realicé a Ecuador algunos años atrás. El libro recrea el viaje feérico de un fotógrafo mexicano a Guayaquil para construir un foto-libro de la ciudad ecuatoriana todo ello mientras es acompañado por la áspera y melancólica voz de Bessie Smith. Es un libro que invita a pensar en la identidad y su indefinición en los tiempos globalizados y también es un libro que establece interrelaciones entre las artes: música, fotografía y literatura.

¿Qué viene para ti? ¿En qué proyectos estás trabajando ahora?

El proyecto más inmediato, que saldrá en tan solo cosa de unos dos o tres meses bajo el sello de La Tinta del Silencio, es un libro colectivo resultado de un encuentro internacional celebrado en Cuba donde participan escritores mexicanos, cubanos, italianos y griegos. En dicho proyecto participo como antologador cronista y poeta. También tengo un poemario inédito esperando el momento adecuado para salir a la luz. Finalmente, estoy pensando en traer para el futuro nuevamente al tigre pero en un texto mucho más ambicioso como lo podría ser en una novela.

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Said Vladimir Ramírez extiende sus letras, narrando entre los cuentos de Cómo cazar al tigre (algunos cortos, otros más, cercanos a la anécdota) historias que rozan de manera enérgica disímiles temas:  el amor roto que se adereza con brujería; la búsqueda de venganza; la muerte siempre latente entre los madereros, el inevitable despertar sexual; vendedores de pájaros que cuentan sus andares; enormes serpientes que son mascotas y otras que se vuelven piedra. 

El último relato, Vida gris, presenta un remate cargado de aflicción, donde se describen las tribulaciones de una vida perdida: De su paso por este mundo no quedó nada bueno ni nada malo. Es como si hubiera sido un fantasma sin dejar huellas, como una existencia que se desvanece entre las espirales de humo. Fue una vida inútil, carente de sentido, una vida gris”. 

Este joven autor mexicano es Licenciado en Literatura Hispanoamericana y Maestro en Humanidades por la Universidad Autónoma de Guerrero. Ha participado en talleres de creación literaria y publicado cuento y ensayo en diversas revistas de España y Colombia. El libro Cómo cazar al tigre, puede adquirirse en el siguiente link.

Por Armando Navarro Rodríguez

Periodista. Cinéfilo y lector empedernido. Escribe sobre cine, arte y literatura.