Isabel Allende es la escritora chilena más leída en el mundo, reconocida por haber publicado más de 20 novelas juveniles, históricas, policíacas y hasta autobiográficas. Durante su carrera literaria se ha caracterizado por crear personajes femeninos fuertes e independientes. Muchas de las mujeres que encarnan sus historias han sido víctimas de su pasado (historia familiar), de la educación y tradición de los lugares que habitan, circunstancias impuestas por el patriarcado. Situaciones de las que la misma autora no ha podido librarse.
En una entrevista, Allende dijo que lamentablemente las mujeres todavía deben esforzarse el doble que los hombres para obtener la mitad del reconocimiento intelectual. A lo largo de los años, la novelista se ha tenido que enfrentar a la dura crítica de algunos de sus colegas respecto a su obra, como la de su compatriota Roberto Bolaño. Otros han cuestionando y menospreciando su talento, señalándola de beber de otros autores, entre ellos Gabriel García Márquez. La casa de los espíritus, su novela más insigne, es un claro ejemplo de ello, tomando como referencia Cien años de Soledad. Si bien la línea entre inspiración e imitación es muy delgada, es verdad que existen ciertas similitudes en algunos sucesos y estilos entre ambas obras. Pero también es innegable el don que tiene Allende al crear a través del realismo mágico una historia familiar desde de una perspectiva feminista, en la que aborda temas trascendentales como la violencia intrafamiliar, la violencia sexual, los embarazos no deseados producto de violaciones, el amor libre y el aborto por consentimiento.
Incluso la dedicatoria de La casa de los espíritus está consagrada a las mujeres: A mi madre, mi abuela y las otras extraordinarias mujeres de esta historia. Isabel, en más de una ocasión, ha asegurado que las mujeres de sus libros existen y forman parte de su vida, de ahí el gran impacto social que tienen sus personajes femeninos más allá de la ficción. Tal es el caso de cuatro de los personajes protagónicos y claves de la novela: una de ellas, Clara del Valle, sufre violencia doméstica en manos de su esposo Esteban Trueba, hasta llegar al punto de golpearla y romperle los dientes. Pancha García y Alba Trueba son mujeres violentadas sexualmente. Pancha es una campesina violada por el mismo Esteban Trueba y Alba, nieta de Clara y Esteban, es violada por la propia descendencia de su abuelo y Pancha. Ambas mujeres quedan embarazadas y tienen hijos, producto de las mismas violaciones.
En la ficción de Isabel las tres mujeres son víctimas de las circunstancias y de sus propias decisiones, sin embargo cada una lo resuelve y lo maneja de forma distinta. Lo mismo sucede en la realidad. Muchas veces la violencia se normaliza tanto que ni siquiera es posible reconocerla. Incluso somos capaces de soportar situaciones atroces a consecuencia de muchos factores: el miedo, la presión social y familiar, la responsabilidad moral y la dependencia económica y/o emocional.
Por otro lado está el personaje de Amanda, una mujer que vive un amor libre con Nicolás, hijo de Clara y Esteban, con el que mantiene relaciones sexuales y del que queda embarazada. Ambos deciden no ser padres, y Amanda aborta en manos de Jaime, estudiante de medicina, hermano de Nicolás.
Isabel Allende ha mantenido una postura pública en la que celebra la aprobación de las leyes que despenalizan la interrupción voluntaria del embarazo, tanto por violación y riesgo de muerte de la madre como por decisión propia. La autora chilena con nacionalidad estadounidense creó la Fundación Isabel Allende en honor a su hija Paula Frías, quien murió con apenas 29 años, luego de dedicar buena parte de su tiempo a trabajar en comunidades marginales. La fundación brinda ayuda a mujeres y niños vulnerables, principalmente en Chile y California. Una parte importante de los ingresos destinados a la causa provienen de las ganancias de sus libros.
Además, en un encuentro digital que tuvo el pasado 23 abril con sus lectores a través de Facebook, compartió que a finales de este año publicará Mujeres del alma mía, una obra que ella misma describe como ‘memorias’, inspiradas en su experiencia como mujer y feminista. La autora de Inés del alma mía -una novela histórica en la que también empodera a su protagonista- asegura que desde los cinco años ha ejercido el feminismo gracias a su propia historia familiar, por lo que no es casualidad la recurrencia en su narrativa, abordando el machismo, la maternidad y diversos tipos de violencia de género.
Isabel Allende enaltece a las mujeres a través de su pluma, porque no sólo narra situaciones atroces en las que son oprimidas, también nos brinda la posibilidad de reconocerlas en espacios intelectuales y de poder, como mujeres independientes que tienen el control de sus cuerpos, su fertilidad y su intelecto.