Sin los silbidos del viento
y las laceraciones del pasado
en los girasoles del presente
se continuaron las calles
del hoy.
Con la luz de la luna
sin las nostalgias del frío invierno
y las tediosas angustias del futuro incierto
se danza con las estrellas
del esperanzador cielo.
En los secretos del ruiseñor
y el cristalino del agua que endulza el alma
quise pensar
entre los días de calma
que serían los capítulos de mi vida
ante mis ojos
cada mañana.