En la sutil estela
de la noche,
habita una
ceremonia antigua.
Donde las palabras
fulguran como astros
y los cantos se mezclan
con los sonidos
de la selva.
Todavía adoramos
a los viejos dioses
y todavía
nos inclinamos
a escuchar:
el auténtico sonido
de la tierra.
Porque somos
seres inmortales,
aunque solamente
vivamos un segundo,
aunque nuestra vida
se extinga
en el anochecer
del mundo. Allí, cuando
los grillos comienzan
a cantar:
Mundos/cantos
palabras/sonidos
cantos/mundos
sonidos/palabras.
Ceremonias y dioses.