Esta fue mi habitación,
milenios atrás.
La madera de este viejo departamento
rechina en las mismas tablas
que evitaba
en mis escapes nocturnos.
Permanece el gato que hizo de amigo
cuando todos estaban lejos,
cuando estaba encerrado y solo.
Mi habitación está vacía,
como si jamás hubiera
dormido allí.
El perfume que bañaba mi piel
se fugó por la ventana,
las plantas se secaron y
mis libros se llenaron de moho.
No hay nada aquí,
solo monstruos bajo la cama.