Hace dos siglos y un año
nació aquel árbol
de hojas sueltas,
de hojas de hierba
Nació el poeta
de erótica naturaleza,
la pluma inquieta
que agitó las bibliotecas
Creció entre las ramas
enraizadas del alma,
el cuerpo y la espiritualidad
Saltó de la lírica
al trascendentalismo.
Su nido, su poesía
su canto, su nacionalismo.
Entre las raíces de
los versos libres
y los prolíferos jardines,
sus letras insurrectas
germinaron en poemas
¡Oh Whitman, tierra fértil
hoja fresca!
Amante de la brisa tórrida del verbo,
sobreviviente a los murmuros del viento,
pero no a las inclemencias del tiempo.
Herido de guerra,
de la propia y de la ajena…
¡Oh Capitán, mi capitán!
¿Qué sería del club de los poetas muertos sin ti?