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Poesía

Aquel hombre y aquella mujer

La luz se enteró de algo ese día…

Aquella mujer detonaba 
una bomba de diversión 
célebre, llena de
incertidumbre

Aquel hombre la veía 
todos los días en la esquina 
de su casa; como la
diversión de la mujer, pensaba
que esa esquina era curiosa

Aquella mujer salía corriendo 
todos los días con sus piernas 
talladas de inocencia

Aquel hombre se sentaba 
en la mañana a verla
mientras disfrutaba de un 
helado sabor fresa, 
como los labios de 
aquella mujer

Aquel hombre deseaba acercarse; 
lo hizo, pero surgió algo curioso, 
como la diversión que
aquellos ya habían entablado 
en risas, vistas y huidas 
del corazón

Una pizca de amor les bastó 
para besarse con la mirada 

Aquella mujer maquillaba 
las pecas de la humanidad, y
aquel hombre escribía servicios 
públicos que le brindaría 
a la sociedad 

Aquella mujer era un amor, y
aquel hombre era buena persona 

Aquella mujer se desnudaba
con la profecía de encontrar a alguien que, 
sin necesidad del deseo, la supiera entender 
y amar 

La luz se enteró de algo ese día:
aquellos se aman y están luchando
por encontrarse una vez más

Por Sebastián López

Ser de anomalías.

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