Releo los periódicos del lustro
futuro,
tratando de encontrar pistas
sobre los lienzos
que a continuación se desdibujan
en la playa.
Escucho una y otra vez
las canciones del sitio donde nunca nací,
para ver si allá
se encuentra el oro
que extravié siendo un niño.
En secuencia veo
películas rojas que me dicen poco
y me dejan a solas
con todo aquello que ya olvidé.