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Dos veces esto: Teoría de la restauración

Dos veces esto, de Valeria List, configura una serie de experiencias universales a través de la construcción de una lengua personal.

A partir de un rastreo visceral y latente, Valeria List explora sus afectos, su ternura y su dolor hasta llegar al mito familiar y la herencia de las mujeres que conforman su vida. Construye un diálogo paralelo a la sangre, al quiebre, a las cartas de despedida y la ausencia de su remitente. Lo plantea así con la imagen de dos cadáveres enlazados bajo el Vesubio, con la sombra de un musgo que permanece, con aquellos fantasmas que entrelazan su escritura. La gravedad del descubrimiento se desplaza en Dos veces esto, llamado por Nicté Toxqui un archivo de historias, revelaciones y aperturas vitales.

Las historias de este poemario están compuestas por las anécdotas femeninas del orbe familiar. Conduce al lector a un tiempo mítico en el que tres hijos gritan en la boca de una vasija con agua bendita para hacer regresar a un padre que ya nunca habría de volver. “Quizá así se despertó mi abuelo, sudando de noche junto a otra mujer, y escuchó a lo lejos el eco de sus hijos frente al jarro bendito, pero de un manotazo esfumó llamados, visiones, y se volvió a quedar dormido ahí, donde estuviera” (11). Como en una travesía para desenterrar el pasado del hogar, Valeria List emprende procesos y conexiones al enunciarse desde la intersección ensayística que consagra el poema.

En la imagen materna, también, se encuentra la reproducción del daño; motivo que podría enlazar la crónica de Dos veces esto. “tu náusea es mía/la heredaste como heredan los peces/la asfixia/y el color de tus ojos/es también el color de mi ceguera (24)”, escribió Blanca Varela después de tener un hijo. Quizá la búsqueda en este poemario se trate de eso, del rastreo de las rupturas heredadas. Vemos estas fragmentaciones en textos como “La comparsa”, poema que evoca el antepasado a través de un sueño. Entre la inquietud de la presencia maternal, modificar la ilusión desandando las escaleras y el velo que le impide ver(se), relata la sinonimia familiar como una profundamente escindida. 

Dos veces esto configura una serie de experiencias universales a través de la construcción de una lengua personal. Revela a sus lectores las posibilidades del testimonio y del archivo familiar; cómo estos elementos se transfiguran en significados poéticos. A la par, utiliza objetos pertenecientes a estas historias para reconstruir el discurso y regresar una vez más al tejido de su antepasado; infancia, temor, hogar. Así, esta obra es insertada dentro de un panorama literario actual en el que la memoria decide correr en paralelo a la herida.

A través de ello, veo configurada una teoría de la restauración: “Las cosas se pierden. /Se desvanecen las personas, la juventud/y la inspiración. /Pero los padres nunca se dejan de ir” (61). Se nos demuestra que hay episodios familiares que no podrán ser removidos del lenguaje poético que vive entre nosotros, y cómo esta realidad concibe nuevas posibilidades para la creación contemporánea. Dos veces esto se escribe desde tal arista; como un mal sueño que de pronto se vuelve material, los rencores vivos no hacen otra cosa más que renacer dentro de una. Dice Valeria List “como del vientre”.

Bibliografía

List, Valeria. Dos veces esto. Editorial Malabar, 2024.

Varela, Blanca. Blanca Varela. UNAM, Material de Lectura. Poesía Moderna; 140. México, 1988