Vamos a hacer un ejercicio. Uno de interpretación. ¿Quién no ha querido saber que hay más allá de sus canciones favoritas? ¿Cuántas sorpresas no nos hemos llevado cuando leemos una letra de, no sé… amor y tal vez resulta ser sobre otra cosa totalemente distinta?
En Father Of The Bride, Vampire Weekend, mediante las letras de Ezra Koening (apoyado por Hans Zimmer, Mark Ronson, Makonnen Sheran, entre otros), nos regala un álbum que puede ser abordado desde muchos puntos de vista.
Medio ambiente, amor, política, religión, descubrimiento… hay muchos temas dentro del más reciente álbum de la banda estadounidense y concretamente (y a título personal, claro) hubo una que me intrigó bastante más.
Jerusalem, New York, Berlin es la última canción del disco y está llena de simbolismos. Y de interpretaciones, claro. Según las palabras de Koening, esta canción fue iniciada pensando en Jerusalén como una sede con muchas religiones, Berlín siendo una especie de capital del arte y cultura y Nueva York como la representación del dinero… pero ¿es así?
El compositor, graduado de Letras Inglesas por la Universidad de Columbia, se ha identificado por eso mismo: por los simbolismos en sus obras y la manera en que pueden ser abordadas de distintas formas.
Por ello, me parece importante recalcar que esta canción en particular cuenta con muchas migajas que te hacen pensar que en realidad no trata sobre «conectar con algo más grande que tú», como bien lo dijo Koening en una entrevista; sino con una historia relacionada al judaísmo, religión con la que se identifica él mismo.
I know I loved you then / I think I love you still
Sabía que te quería / Creo que te quiero todavía
La canción comienza con Ezra Koening hablándole a su fe, la cual ha decaído con el pasar del tiempo, aunque sigue identificándose como judío y por consiguiente temás como el conflicto Israel-Palestina es algo que le ocupa.
But this prophecy of ours / Has come back dressed to kill
Pero esta profecía nuestra / Ha regresado lista para matar
Aquella profecía de la que se habla trata estrictamente de la noción religiosa del regreso a Sion, aunque con el remate de la frase «has come back dressed to kill» resignifica esa idea como la legimitación de los avances militaristas del movimiento nacionalista (sionismo).
Three stones on a mountain / Three small holes in a field
Tres piedras en la montaña / Tres pequeños hoyos en la tierra
Koening hace una alusión a la Tumba de los Patriarcas. Las «tres piedras» representan a Abraham, Isaac y Jacob, mientras que los «tres pequeños hoyos» a las tumbas mismas.
You’ve given me the big dream / But you can’t make it real
Me has dado el gran sueño / Pero no puede hacerlo realidad
Volviendo a Dios y a los antiguos profetas, Ezra ahora canta sobre el “sueño” de la Tierra Santa y el regreso a Sion, pero de igual forma, y aunque dicha visión estaba bien establecida, ahora depende de más factores como la sociedad actual y sus líderes.
O, wicked world / Just think what could have been / Jerusalem, New York, Berlin
Oh, mundo perverso / Solo piensa lo que pudo haber sido / Jerusalén, Nueva York, Berlín
En el coro, el vocalista acompaña su voz con la talentosísima Danielle Haim, cabe destacar.
Y siguiendo la línea de aquel sueño que no se puede cumplir, ahora Koening usa tres ciudades para representar los destinos de la diáspora Azquenazí (nombre acuñado a los judíos que se asentaron en Europa Central y Oriental: Nueva York (exiliados), Jerusalén (de vuelta en Sion) y Berlín (exterminio).
El compositor lamenta («Just think what could have been») el que no haya más “sobrevivientes” en los tres puntos.
All I do is lose / But baby, all I want’s to win
Solamente pierdo / Pero bebé, todo lo que quiero es ganar
Aquí hay varias vertientes por donde se puede ver.
Hay una creencia judía que dice que su pueblo, así como los antiguos israelitas son elegidos por Dios. Se ve perfectamente en Deuteronomio 7:6-8, donde dice: «Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra».
Dicha creencia se puede complementar con la “persecución” de la que los judíos dicen haber sido víctimas desde los tiempos de la Biblia hebrea; como cuando el rey babilónico Nabucodonosor II ordenó a sus tropas destruir el Primer Templo de Jerusalén en 586 a.C., hasta los tiempos modernos con el Holocausto.
«All I do is lose» entonces se referiría a la narrativa judía del sufrimiento, mientras que el «All I want’s to win» puede tratarse del sentimiento de querer establecer un «hogar nacional», por lo que sería un claro guiño a la Declaración Balfour (del 2 de noviembre de 1917), donde el argumento principal gira entorno a dicha idea.
Sin embargo, si miramos por otro lado y considerando la postura de Ezra Koening respecto al conflicto Israel-Palestina, esta frase en concreto podrían reflejar que es tanta la desesperación por ganar que al final el mundo es malvado («O, wicked world») y el gobierno israelí de Benjamín Netanyahu persigue a los palestinos con el afán de querer cambiar la narrativa del sufrimiento o derrota judía, por la de “victoria” israelí.
A hundred years or more / It feels like such a dream / An endless conversation since 1917
100 años o más / Se siente como un sueño / Una conversación sinfín desde 1917
Esta frase no tiene gran significado escondido, es bastante clara. El conflicto Israel-Palestina sigue fresco después de más de 100 años y Koening ha mencionado en algunas entrevistas cómo a su ver el antisemitismo ha jugado su parte en la crítica hacia Israel por su ocupación en Palestina.
Now the battery is too hot / It’s burning up in its tray
Ahora la batería está muy caliente / Está quemando su bandeja
La metáfora de la batería podría verse enfocado al nacionalismo. El Primer Ministro Benjamín Netanyahu se ha dedicado a gobernar con un nacionalismo más extremo, de dureza; contrario a tiempos pasados, donde el nacionalismo israelí era signo de vitalidad y energía para su pueblo.
Young marriages are melting / And dying where they lay
Los matrimonios jóvenes se están derritiendo / Y muriendo donde yacen
Ahora, Ezra habla sobre el «matrimonio» entre judíos y palestinos en la Tierra Santa y de cómo este se fue rompiendo. El centro del conflicto, además, ha visto miles de muertes («dying where they lay»).
Our tongues will fall so still / Our teeth will all decay
Nuestras lenguas caerán quietas / Nuestros dientes se descompondrán
Koening esta vez («our tongues will fall so still») vuelve a tirar de una frase bíblica, concretamente del Salmo 137:6, donde dice: “Péguese mi lengua al paladar si no me acuerdo de ti, si no enaltezco a Jerusalén sobre mi supremo gozo”. De alguna manera, también se muestra dispuesto a pagar el precio por «perder» Jerusalén.
A minute feels much longer / With nothing left to say
Un minuto se siente más largo / Con nada más que decir
La parte de «a minute feels much longer» se puede referir específicamente al momento del Yom Hazikarón (o Día del Recuerdo) donde suena la sirena en todo el país y la gente guarda silencio de pie.
So let them win the battle / But don’t let them restart / That genocidal feeling / That beats in every heart
Así que déjalos ganar la guerra / Pero no los dejes reiniciar / El sentimiento genocida / Que late en cada corazón
Para este punto, Koening le dice a sus iguales judíos que «dejen ganar» a los palestinos, pero a la vez los insta a no permitir que los sentimientos antijudíos broten entre ellos y el resto del mundo.
El «sentimiento genocida» del que habla el autor puede tener dos vertientes; la del Holocausto o incluso al sentimiento palestino causado por Israel en los tiempos más recientes.
Al final, el mismo Ezra Koening da pauta para que cada canción sea abordada como el escuchante quiera. En una entrevista a Coup de Main, comentó que cuando le dijeron si la referencia de 1917 se refería a la Declaración Balfour, él contestó: «Sí, es válido, pero eso no significa que sea la única (interpretación)».
A mí, al menos, me gusta pensar que Jerusalem, New York, Berlin tiene un trasfondo mucho más histórico del que tal vez tiene realmente.