Lo que primero duele es la duda,
desafiante y cortante
Como las puñaladas de su vuelvevela
Su vuelvevela, cada vez más desacompasada
que me carga de culpa, la maleta femenina
por excelencia
El futuro sin rebote
De un amor sin rebrote
Pero escondido, y, con rosas como cuchillos
a la espera
Hasta que, con la ropa puesta
Los ojos secos al frente
Desnortando a Sabina:
“Como se abandonan
Los zapatos viejos
Destrocé el cristal
de su frágil ego
Él sacó del espejo
su vivo retrato
Y, fui tan panchita
por los callejones
del sexo y el vino
que ayer el reproche
no salió del vacío…”
Qué pena tan grande, amor
Porque negaría la vuelvevela
En el mismo momento
en que me la mandes
Y eso que yo…
Le regalo la culpa
Que la haga y deshaga a su gusto
Me impongo un nuevo norte
… de ausencia y esperanza
En apenas 19 días y 0 noches.