[Despedida, gloria]

Hay versos que nunca se terminan…

Hay palabras que lucen extranjeras,
tan lejanas como Orión,
se escapan de entre los labios
cuando más se les necesita,
que siempre llegan 
cuando el tren ya ha partido;
y las perseguimos,
se nos escapa la vida persiguiéndolas,
cuando al fin se encuentran,
el telón ya bajó,
no hay rosas que recoger, 
ni aplausos del público,
para nuestra suerte,
tampoco hay abucheos.

Hay versos que nunca se terminan,
que descansan límpidos,
en la Medusa de la pluma 
y el papel;
que al recitar, el pecho queda hueco
o se escapa la voz;
se quedan con hábitos propios,
obedecen a sus propias reglas,
porque nada los ata 
a nuestras luces de neón,
no tienen morada,
viajan incansables entre valles;
cuando por fin, 
llega la voz,
suenan las campanas;
sin gloria, pero con penas. 

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