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Saldanha, Zagallo y el Partido Comunista de Brasil

Completamente retirado de las canchas, Saldanha falleció a los 73 años mientras cubría el Mundial de Italia 90 como periodista.

Una de las primeras labores de João Saldanha como director técnico de la selección de Brasil fue distribuir en México, durante el sorteo previo al Mundial de 1970, un detallado dossier con el nombre y los apellidos de más de 3,000 presos políticos detenidos o torturados por la sangrienta dictadura de Garrastazu Médici, obsesionado con el Partido Comunista de Brasil.

Sólo unos meses después, el mismo régimen que había apostado como entrenador por aquel combativo periodista y mediocre exfutbolista, lo destituyó fulminantemente tras acusarlo de “indisciplina”. “Considero a Médici el mayor asesino de la historia de Brasil, así que rechacé una invitación para cenar con él. Mató a mis amigos. Jamás podría perdonar a un ser así”, decía el propio Saldanha, quien siempre negó que su destitución tuviera relación con su negativa de no convocar a Dadá Maravilha, íntimo de Garrastazu Médici y, como el tirano, hincha de Gremio. 

Su preferencia por Tostão –“igual de bueno y además progresista”, repetía– por encima de Pelé, otro favorito de Médici, tampoco ayudó demasiado. El sustituto de João Sem-Medo, como ya era cariñosamente conocido por prensa y aficionados, fue Mario Zagallo, figura imprescindible del futbol brasileño del siglo XX y campeón del Mundo en el 58 y el 62. Sin embargo, a pesar de las presiones externas, el Lobo no alineó a Dadá en ninguna de las seis victorias logradas por Brasil en México. Completamente retirado de las canchas, Saldanha falleció a los 73 años mientras cubría el Mundial de Italia 90 como periodista.

“Era difícil de comprender que un tipo como yo, con una amplia trayectoria en la militancia comunista, tuviera éxito en un régimen como aquel”, dijo poco antes de morir. 

Por Daniel González

Editor de Fútbol Oblicuo