Según The New York Times, a comienzos de los 80, el 3 por ciento de la población rumana trabajaba de algún modo para la Securitate.

Editor de Fútbol Oblicuo
Según The New York Times, a comienzos de los 80, el 3 por ciento de la población rumana trabajaba de algún modo para la Securitate.
La revolución no llegó hasta el descanso del partido, cuando Piotr Adamowicz, uno de los hombres fuertes de Solidaridad, pidió a los periodistas que apuntaran sus cámaras hacia la grada en la que se encontraba Lech Walesa.
Los Gunners, los Rangers, los Black Eagles, los Bucks e incluso un Dynamo fueron los nombres de algunos de los equipos en los que se repartían varias de las personalidades que llevaron a Sudáfrica a iniciar el siglo XXI como un ejemplo de inclusión y amnistía.
Las sospechas de irregularidades en el contrato entre Nike y la CBF comenzaron en 1999, sólo un año después de la derrota de Brasil en la final del Mundial de Francia, cuando varios medios publicaron que la marca había obligado a Ronaldo Nazario a disputar aquel partido.
En la capital colombiana, por entonces hogar de residencia de los también ilustres Alfredo Di Stéfano y Adolfo Pedernera, Guevara y Granados vivieron desde las tribunas de El Campín la histórica victoria de Millonarios sobre el Real Madrid.
Mientras que en condados como Kent, Gales del Sur, Lancashire o South Yorkshire el apoyo llegó a superar el 95 por ciento, en Notthinghamshire apenas superó el 20 por ciento a pesar de que el Notthingham Forest de Brian Clough, orgullo de la región y doble campeón de Europa, fue uno de los primeros clubes en ponerse del lado de los trabajadores.
En la península helena, Byron escribió, bebió, viajó, conspiró y luchó junto a rebeldes, guerrilleros y bandidos con suerte dispar.