Rosa, la Rosa de los jardines les dice a los girasoles:
-¡Consuélenme! El invierno me derrota sin cesar. Calcina mis pétalos como el triste otoño de abril.
Esta mañana, quisiera que los jazmines del cielo escucharan mi clamor y volviera la primavera. Los tiernos girasoles secan sus lágrimas. Al mediodía, los girasoles se encuentran con el invierno y le preguntan:
-¿Por qué lastimas a Rosa?
-No la he lastimado -les responde- solo no comprende que soy parte de su vida. Y he llegado a limpiar su pasado que no la deja en paz, pero el lamento no le permite ver que aclaro su alma.
Los girasoles comprendieron que ese era el camino de la vida. Rosa lo entendería cuando su ceguera espiritual partiera a la estación del pasado que arruinaba la claridad de su presente.
Mientras tanto, lamentos de Rosa serán los himnos de sus días.