Este año llegó a las salas de cine la reciente obra de Samuel Kishi, Los Lobos, película que ha recorrido buena parte del mundo y que presume 13 nominaciones a los premios Ariel en México. Son distintas las perspectivas que giran en torno a esta historia, en las que la mayoría confluyen en la nostalgia y los sueños por alcanzar. Y hablamos de diversidad porque así se construyó la película, con matices en los que incluso la animación jugó un papel importante, sobre todo en el hecho de entender a los niños y niñas como espectadores.
Purgante tuvo el privilegio de platicar con la protagonista del filme, Martha Reyes, misma que nos compartió una serie de reflexiones que nos permiten entender este lazo con nuestra realidad.
A propósito de su nominación al Ariel en la categoría de Mejor Actriz, Martha se muestra totalmente sorprendida: «Estoy contenta de que una película de Guadalajara tenga reconocimiento por parte de la Academia. Los Lobos puede ser vista incluso un tanto ajena al cine que conocemos, pues nace de provincia. Es muy sorprendente».
Sobre el camino recorrido, no podemos negar el trazo que fue marcando la película en torno a la pandemia, pues logró verse en países aparentemente inalcanzables, como Corea del Sur, y distintos festivales en Cuba, China y Ginebra. «En México evidentemente se retrasó su estreno, pero al final creo que valió mucho la pena, pues tuvimos la oportunidad de tener funciones en línea y esto generó que tuviera más ruido para llegar a más personas», explica.
Hoy tenemos claro que, en efecto, la historia logró reflejarse en distintas personas, sobre todo en los niños, con lo que se confirman las distintas tonalidades del largometraje: «En varios países enfocados en el cine para niños, como en Alemania, Japón y Grecia, por ejemplo, la premiaron. Es muy interesante ver las reacciones de los niños y niñas, pues ven otro tipo de cosas que nosotros como adultos damos por hecho. En algunas funciones en Alemania muchos niños aplaudieron, gritaron y festejaron con Max (protagonista) como si se conocieran. Al final, incluso hicieron preguntas tan profundas sobre la migración, la vida y las personas».
En este sentido, Martha hizo un llamado para no subestimar el cine para niños, respetando la inteligencia y los valores de la infancia.
Por otro lado, Martha Reyes reconoce que su incursión como protagonista la tomó por sorpresa, pues antes de Los Lobos solamente había trabajado en cortometrajes en Guadalajara: «A la película me invitaron más bien para dar un taller antes de que se me tomara en cuenta para el personaje. Me dio miedo y fue una sorpresa también, pues ya había un proceso de casting con actrices de gran renombre. Nos fuimos a California a grabarme como Lucía buscando trabajo y a la producción le convenció mi tipo casting y sinceramente fue un accidente, pero muy agradecida».
Finalmente, la actriz reflexiona sobre las comunidades que crearon durante el rodaje y su desenvolvimiento en ellas: «Queríamos que la película no tocara los estigmas de la madre soltera, más bien reconocer su proceso. Por ejemplo, trabajé antes de la película limpiando casas y oficinas, y fue ahí en donde conocí a muchas mujeres migrantes; la mayoría, madres solteras. Ya durante la película también trabajé en la lavandería donde trabaja el personaje de Lucía y fue ahí en donde quise que el director grabara justo lo que estaba sucediendo, es decir, las mujeres enseñándome y yo aprendiendo mientras les conocía. Por otro lado, también se creó una gran comunidad con los vecinos del lugar en donde vive Lucía; desayunaban con nosotros, nos invitaban a sus casas y es entonces cuando me gusta el otro sentido de la película, la que dignifica y les da voz a las comunidades».
De esta forma, la plática encuentra gozo en distinguir una historia detrás que busca reivindicar las otras historias del cine mexicano, más allá de la violencia, las desapariciones o el clasismo, por ejemplo: «Los Lobos es una película distinta, que abraza y me abraza, pues la violencia no me es ajena, particularmente en donde vivo, Guadalajara. En ese sentido la película nos regresa a la empatía, aquella que ahorita nos hace mucha falta como seres humanos, en parte por la pandemia. Hablamos de alcanzar los sueños y las ganas de vivir».
La joven actriz concluye esta plática reconociendo que la película tiene todavía varios destinos, en uno de los cuales incluso la propia ONU se interesó en colaborar en temas de migración, dándole una delegación al director Samuel Kishi: «Queremos llegar a las comunidades de la provincia, dándole un giro a las producciones de cine locales, descentralizar sobre todo el cine, donde creemos que todo sucede en Ciudad de México. Hoy con mi nominación al Ariel levanto la mano por ese grupo de trabajo para decirles que aquí estamos».
Martha Reyes ahora trabaja en lo que será una nueva película sobre la generación millenial, además de que buscará ganar el premio del Ariel como Mejor Actriz el próximo 25 de septiembre.
En purgante te recomendamos ver la película, misma que aún continua en cartelera en algunas ciudades de México.