No es por la igualdad

Disfruto con todo mi cuerpo las fisuras que la teoría y la praxis del feminismo genera en la intimidad y cotidianidad de nuestras vidas desnaturalizando lo que está normalizado.

No soy feminista porque quiera la inclusión de la mujer. Es decir, no busco que el sistema hegemónico patriarcal capitalista me admita como un engranaje más que lo perpetúe y lo habilite para seguir girando (devorando).

A pesar de haberlo gritado durante años en manifestaciones, no pido la igualdad en tanto que ésta signifique pasar a formar parte del sistema opresor. No quiero ocupar el poder que durante tantos años ha articulado y articula las relaciones que nos han desplazado al margen de lo marginal, lo que deseo es cuestionarlo y desarmarlo.

Me niego a que las instituciones se apropien de las palabras y las vacíen de significado despolitizando y banalizando nuestras luchas. Pareciera que derrocar el patriarcado desde las acciones de los poderes implicase que las mujeres y personas disidentes de género tuvieran que adoptar valores y prácticas típicamente asociadas a lo masculino, en base a lo cual se ha construído el mundo. En otras palabras, el patriarcado nos acoge si le permitimos seguir siendo un pilar de la sociedad, si pasamos a formar parte de él. “Si no puedes con tu enemigo únete a él” es la máxima que envuelve este dar la vuelta a la rebeldía feminista que se difunde en los medios habitualmente. Lo peor es que tanto discurso medido y lleno de ruido nos invita a pensar, y nos hemos creído, que estamos alcanzando nuestro objetivo, que disfrazado de derrocar el sistema opresor​ se ha convertido en​ el mismo sistema​.

Muy por el contrario, soy feminista porque pienso que otra forma de sociedad es posible. Valoro los cuidados y veo en ellos un potencial revolucionario. Asumo deleitándome los espacios de construcción conjuntos que las alianzas feministas permiten. Y disfruto con todo mi cuerpo las fisuras que la teoría y la praxis del feminismo genera en la intimidad y cotidianidad de nuestras vidas desnaturalizando lo que está normalizado. No es por la igualdad ni la inclusión, sino por un infinito amor a la vida y a las personas que soy feminista.

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