Por: Marina González.
Ay, si tú quieres
me clavo el puñal
por ti, en mí.
Ay, si tú quieres
me trago el rosal
por ti, en mí.
Ay, si tú quieres
me cuelgo estas cadenas
por ti, en mí.
Ay, si tú quieres
me beso estas huellas
por ti, en mí.
Ya no me duele estar aprisionada
ni cada una de tus emboscadas;
no me duelen los gritos, las retenciones,
los empujones, las agresiones.
Me duele tu perdón
después de tu agresión,
tu persecución
después de decir que ya no.
No fui nunca contigo… No fui.
“No fui nunca contigo” forma parte del poemario Un girasol enamorado de la Luna.