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Historias

Qué duele más

No sé qué duele más.

La espalda del faquir en el vagón. Que no tenga comida. Que el Estado lo haya abandonado (oh, Estado, ¿por qué me has abandonado?). Que la pida y no poderle dar.

El niño que lo ve. El papá que no quiere que lo vea. La prisa contenida del papá.

La desesperación de la hija. El futuro del niño.

La sangre en su espalda. El cristal enterrado que se queda con su transparencia y lo deja sin luz. ¿Qué será?

Los acentos desarraigados y revueltos contra su voluntad. Francés chilango. Criollo ñero y mal arremangado

La cara del trajeado que no llega a la cita. La cara de quien lo espera y no lo ve llegar.

El dolor del que se pegó en el tubo en el acelerón que no llevó al vagón fuera de la estación 

La angustia de la que no encuentra el teléfono 

O mi arrepentimiento por no correr más rápido para alcanzar el tren que cuyas puertas cerraban justo cuando entraba al andén

Perdón por la tardanza. Es que el Metro, ya ve cómo es…

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