Salgo a caminar,
profundo en la noche,
para evitar
la realeza mas asfixiante
y desando esas calles
ahora
condenadas al abandono,
ellas, repletas de
sucesiones luminarias,
donde alguna vez vivimos;
con las orejas
y las narices enrojecidas,
a veces abstraídos
en el blanco glorioso,
otras veces,
con mezclas herbolarias
dando vueltas
apenas encima de nuestros
cabellos;
debajo de mis pies, lo siento;
una parte nuestra sigue aquí,
entre los coches,
entre el asfalto.
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Simbología de reacción
Debajo de mis pies, lo siento; una parte nuestra sigue aquí.