Caigo y me levanto
ardo y ahogo.
Tiene solo un cuerpo
hombre que sé
arca de besos,
vida del Mundo
con la historias de mi alma
que navega
enjambres de imágenes
para confundir el sueño
con el sexo potente
de la mirada.
La jaula de la corteza
es quizás el árbol,
es quizás el barco…
cualquier cosa sea
da música al tronco
y sale la linfa
de los pantalones de luna
que por extraña fortuna,
desde el sonido amarrado
se desatan.
Se levanta la marea
en un vértigo sin forma
de fermento exaltado
en el movimiento.
El cuerpo oda el cuerpo.
Los dos cuerpos en espiral musical
se enroscan.
En el espacio abolido
los dos nombres confundidos:
hombre y mujer,
mujer y hombre,
fundidos,
el uno en el otro
intercambian sustancia.
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