Decepción

Te olvido lentamente… y esa será mi salvación: olvidar que alguna vez pasó lo nuestro.

Me da rabia escribirte. Con ella me doy cuenta que te quise.
Juraste ser diferente, pero ahora eres el resto.

Ya no te amo ni te deseo, solo te olvido.
Y te prometo que lo haré. No hoy ni mañana ni la otra semana, tardaré.
Me alejaré de ti.

Haré como que nada pasó, como que no tuvimos nada que ver.
Aunque me llevo la lección que me dejaste.
Empeoraste lo que yo con tanto esfuerzo había construido.

Decoloraste mi vida de arcoíris. Ahora todo es nublado, desolado, inhóspito,
gracias a tus mentiras, porque te conocí realmente cómo eres
cuando te alejaste;
me decepcionaste.

Creé una visión de ti que no existe ni existirá.
Intenté buscarte entre corazones fantasma, corazones llenos de satisfacción,
de placer inmediato, mas nada se compara a ti.

Confié ciegamente en serpientes; ahora solo avientan veneno.
Y me basta con acordarme del infierno que pasé para tener
la fuerza férrea necesaria para evitarte hablar.

Veo que tienes a otra persona diciéndole lo mismo que me decías cada mañana,
cada tarde y cada noche. Juegas con las personas.
Juegas con sus sentimientos.

Ya no quiero saber nada de ti. No me vuelvas a visitar en mis sueños,
porque ellos ya no te quieren ver en su mundo ni en mi realidad.

No fue mi culpa ni la tuya, fue culpa de el efecto
y la causa de tus vacíos emocionales.
Te perdono, no te odio, pero te olvido.

Te olvido lentamente… y esa será mi salvación:
olvidar que alguna vez pasó lo nuestro.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *