Temporada de campo, documental dirigido por Isabel Vaca, es un conmovedor retrato sobre el contexto de un niño prendado por la imperturbabilidad del campo y los valores asociados a la tradición ganadera.
Para encontrar más pistas, platiqué con la realizadora mexicana sobre su ópera prima, donde se distingue como una observadora de excepción.
¿Reconoces en México un territorio fértil para el cine documental?
Me da mucho gusto que cada vez haya más espacios como Ambulante, DocsMX, festivales como Zanate, que están abriendo espacios para que la gente consuma y vea más cine documental. Hay un montón de proyectos que se han estrenados en los últimos años de directores con visiones súper interesantes y con narrativas muy diferentes de lo que conocemos como el documental tradicional. Además, el cine documental también se está volviendo más accesible, desde el simple hecho de poder tener una cámara y filmar. El reto ahora es que la gente se anima a ver ese tipo de cine, que es diferente a lo que están acostumbrados, pero que probablemente les guste.
¿Temporada de campo puede ser interpretada como una historia coming-of-age?
Sí, totalmente. Me encantan todas las historias coming-of-age. Y precisamente se concibió la historia de Bryan, el protagonista, a partir de eso: como una película acerca de crecer, de los sueños y de todas las situaciones que giran alrededor de la infancia.
Firmas el documental como realizadora, directora de fotografía y guionista. Había una intención de dotarlo de un aroma particular, ¿no? De que fuera un proyecto eminentemente personal.
Crecí muy cercana a la vida de campo y de los vaqueros, por eso tenía muchas ganas de plasmas todo este universo a través del cine. La historia se fue dando de a poco, y con el tiempo fui encontrando cómo es que quería contarla a nivel técnico y narrativo, y quiénes serían los personajes. Es un proyecto muy personal, sí, surgido de una historia que me sigue emocionando. Es un lugar y unos personajes a los que le tengo mucho cariño. Para mí era muy importante compartirlo.
Asumiendo que la historia se construye a partir de un código de valores asociados a la tradición ganadera, ¿te interesaba eludir el hecho de que la película pudiese ser interpretada como una reivindicación de la tauromaquia?
La película no pretende que la gente tenga una postura respecto a la ganadería y a la tauromaquia, sino mostrar otra cara de la moneda en las plazas de toros. Compartir que existen muchas familias que viven de esto, de la crianza de los animales, y que lo hacen con mucho respeto y cariño por su profesión. Es lo lindo del cine documental: te permite conocer otros espacios.
El documental no busca provocar efectos moralizadores, pero se percibe una cierta convicción de poner en relieve temas sensibles como la migración, la predominancia masculina y la violencia.
El reto fue poder plasmar en la película todas estas problemáticas a partir de la mirada de los niños, que es una mirada muy particular. Transmitirlo a partir de ciertas dinámicas, de las pláticas entre familia, de los juegos. Por supuesto que me interesaba tocar estos temas y reflejar el contexto en el que viven y crecen muchos de los niños en México.
Ficha técnica:
Directora – Isabel Vaca
Productor – Arturo Mendicuti
Casa Productora – Caribou Films
Fotografía – Isabel Vaca & Jessica Villamil
1er AC – Carolina Olson
Sonido – Julio González
Editora – Valentina Leduc
