El desastre sobrevuela el valle
desde muy arriba.
El desastre es un águila pacífica
que no tiene ningún interés
en asustar a los murciélagos,
que se deja arrastrar por las corrientes,
que planea dulcemente sobre las piscinas,
que solo cuando tenga mucha hambre
se lanzará en picado sobre su presa.
El desastre sabe que yo lo miro
desde muy abajo,
que lo observo todas las tardes
con resignación, con calma.