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El Desastre recomienda (Agosto)

Vanessa Joselin Martínez Palma, Librería El Desastre

Butes; Pascal Quignard

Subversión de un mito es lo que hace Quignard al mirar a Butes, aquel que se arroja al mar, aquel que no toma distancia sino que se sumerge en lo que hay de originario en el canto de las sirenas. A diferencia de Ulises quien decide escuchar atado a un mástil Butes se arroja a la búsqueda de la contemplación encarnada de la música. Lo que Quignard observa en su figura es la decisión de tener la experiencia de lo estético en el cuerpo, contrario a la contemplación a distancia – la racionalidad occidental – que se ha buscado emular replicando el ejemplo de Ulises.

Ceniza en la boca; Brenda Navarro

A través de su prosa, Brenda Navarro ahonda en la experiencia de la migración y el suicidio desde perspectivas muy críticas. En la novela se entrelazan denuncias a la xenofobia, clasismo y explotación laboral de una manera muy orgánica por medio de la narración del suicidio de Diego. En el texto, su hermana evoca su pasado, por momentos, tratando de encontrar razones de su acción, por momentos simpatizando con él, y, por otros, planteando el sinsentido e imposibilidad de encontrar razones para el suicidio. De los mejores logros de la obra es el profundizar en sentimientos de pérdida y abandono situados en un contexto político-social, realizando así una crítica a las lógicas de discriminación sin dejar a un lado la afectividad.

El nervio principal; Daniel Saldaña París

De esta novela podría decir que es una reconstrucción de la vida por medio de la memoria. Haciendo uso de ella, un adulto recuerda su infancia y convierte así este texto en un libro sobre la niñez sin que suponga ser una narración desde la voz de un niño. Por momentos parecer que busca explicaciones en su pasado, explicaciones de aquellas cosas que nunca logró entender o que nunca buscó realmente hacerlo. A veces se muestra como simple espectador de los hechos, espectador de su propia vida. Aunado a esto, los sitios donde transcurren los recuerdos nos llevan a momentos específicos de México, hacen que transitemos la ciudad y partes del país por medio de sentimientos y experiencias que pudieron o no haber sucedido. 

Enciclopedia de las artes cotidianas; Laura Sofía Rivero

Hacer del ensayo una forma narrativa de exploración de las cosas simples que nos constituyen es lo que logra crear Sofía Rivero en este libro. Realiza una recopilación de textos que diseminan distintas partes de la vida a través de las reflexiones del día a día: gustos e intereses, amores y desamores, la indeseable convivencia con vecinos que no elegimos pero que forman parte de lo que vivimos día a día. Esta recopilación sugiere la idea de fragmento como parte sustancia al pensar cómo abordar la realidad de lo cotidiano. Además, su lectura resulta agradable y divertida, por momentos cínica y burlona, por otros seria y concisa.  

Perras de reserva; Dahlia de la Cerda

De una manera extraordinaria Dahlia de la Cerda evoca realidades que existen en México pero que la narrativa hegemónica de lo cotidiano ha cooptado para no hablar de ellas. La experiencia del aborto sin el velo de romanticismo y religiosidad que mina en las calles, la vida dentro de una familia de narcotraficantes o de personas que se lanzaron a la violencia de las calles sin tener otra alternativa. Por momentos, los relatos se entrecruzan, y, más que una experiencia estética, estos cruces resultan ser una crítica a la complejidad de los problemas sociales. Dahlia tiene la habilidad de observar las problemáticas sociales de manera aguda sin caer en una distancia intelectual donde ya no se ven los matices. A través del lenguaje logra acceder a la cotidianeidad de los personajes y de la vida de muchas personas a la par de que con este mismo lenguaje nos hace sentir que los personajes hablan por sí solos, como si la furia y energía que cargan sobre ellos sobrepasara a la propia escritora. Me recuerda un poco a la destreza de la ficción documental con que Tatiana Huezo logra analizar, criticar y provocar en el cine.

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