Abro la ventana de mi mente,
miro atrás,
me empequeñezco,
contraigo.
Qué crueles los años.
Qué cruel el tiempo.
Cruel es la vida, corta, injusta.
Prefiero cerrar la ventana,
mirar adelante.
Lo pasado abruma, cansa.
Basta.
Todo lo que pido es paz.
Paz para ver, sentir, ser.
Paz para vivir.
Todo lo que pido, amor.
Lo anhelo en lo profundo,
extraño.
Extraño amigos muertos
y libros perdidos.
Extraño aromas, voces,
sensaciones,
eso era paz,
eso era amor.
¿Acaso también murieron?
Extraño la risa de mi abuela
y el fuego del fogón de Tandil.
Extraño el lugar,
y el momento,
extraño las personas,
viven, pero en mí, murieron.
La vida nos llevó por caminos distintos.
Por eso pido el amor,
todos los caminos conducen a Roma
ROMA al revés,
todo lo que pido es Roma.
Tal vez allí, en el destino final, encuentre mis amigos muertos,
los lugares,
las personas,
las voces y su risa.
Tal vez en Roma encuentre los libros perdidos,
la fogata,
el lugar con su momento.
Nostalgio.