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Poesía

Sobre sentir

El vacío está lleno de ironía en sí mismo. 
Gira y orbita.
Se alimenta de ti. 

No se supone que deberías leer esto;
no se supone que debería escribirlo. 

¿Por qué nos sigue doliendo perder cosas
que nunca fueron nuestras?
Serás tu propia maldición hasta que te conviertas
en tu propia bendición. 
Dosis ansiolítica de palabras.

No poder sentir el frío, ni percibir el calor. 
La comida no zacea, la música no se escucha,
no puedes sentir la piel de nadie más, 
estar condenado a tu propia eternidad. 

¿Dónde están las personas que dijeron
que la vida se va en un instante? 
Nada llena. 
El vacío es como estar enfermo de ti mismo.
Maldito de ti. Enredado en ti. 
Ni el alcohol, ni la piel, ni las drogas, ni las perlas,
ni los jazmines, ni siquiera las estrellas
ellas se encuentran más vacías en la oscuridad
de la noche. 
Nada llena. 
Todo drena, y está vacío. 

Solo. 
Nada. 

Somos membranas permeables,
todo se escapa, todo se va. 
Tu humanidad duda de su propia existencia
en la realidad. 
Existencia condenada al olvido. 

Tu propio veneno, pero tu propia cura. 

Confrontar el dolor, duele. 
Amar es como lanzarte a los lobos
y esperar que no te devoren, 
es bajar las armas contra ti mismo,
ceder al dolor. 
Cederlo todo. 

Pensar que la existencia es un fenómeno
inquietantemente bello. 
Que la vida, ─tu vida─ es tal vez una obra de arte
que se resiste a la interpretación. 

La memoria es algo maravilloso
si no tienes que lidiar con el pasado. 

Si jamás deseáramos nada,
¿entonces nunca seriamos infelices?
El deseo es un anhelo de lo que no tienes,
pero si ya no deseas nada estás deprimido,
entonces, si deseas es porque eres infeliz. 
¿Con qué rostro de la moneda
me quedo esta semana?

Necesitamos recordar que éramos buenos. 
¿Lo éramos?  
Tal vez solo estamos desesperados por sentir algo. 
Haber llorado tanto hasta terminar confundidos
con la marea más cercana,
dejar de supurar y comenzar a respirar,
aunque sea en lo profundo del mar 
y entonces así, las telarañas en el fondo
de nuestra cabeza, 
por fin desaparezcan. 

Comienzo a reconocerme a mí misma,
en este lugar no existen los espejos. 

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