Desde mi niñez sentí que la vida era injusta. Mi madre me crió sola, mi padre nos dejó […] Éramos pobres, vivíamos de sueldo a sueldo y no sabíamos nada de la sociedad de la igualdad de oportunidades y otras tonterías. Algo de ese sentimiento de injusticia aún permanecía, y se refleja hoy en mis libros.
Stephen King
Los libros de Stephen King asustan y deleitan, indignan pero atraen… Tienen el poder de adentrarnos en el abismo de la pesadilla y nuestro propio miedo, dejándonos con muchas interrogantes.
El escritor estadounidense, nacido el 21 de septiembre de 1947, en Portland, Maine, hijo de un capitán de la marina mercante y de una pianista de educación, ha abordado con éxito una variedad de géneros que incluyen el terror, suspenso, ciencia ficción, fantasía, misticismo y el drama. Recibió el sobrenombre de Rey del Terror no sólo en consonancia con su apellido, sino principalmente debido a su influencia literaria en el género.
Su padre, de raíces polacas, decidió cambiar su propio apellido, Spenski, por el sonoro inglés King. En 1949, cuando Stephen tenía dos años, Donald King salió de su casa a comprar cigarrillos y nunca regresó. El destino entonces fue incierto, hasta que a fines de la década de los noventa los niños se enteraron de que su padre había formado otra familia.
Los King a menudo cambiaban de lugar de residencia. Debido a los viajes y mudanzas frecuentes, además de un deteriorado estado de salud, el niño Stephen estuvo gravemente enfermo durante mucho tiempo y tuvo que permanecer en primer grado dos veces. Para paliar su dolor, su madre lo animó a escribir cuentos desde los doce años. El primero de ellos se llamaba “Mr. Sly Rabbit”, una historia sobre un conejo blanco y tres de sus compinches animales que conducían por la ciudad para encontrar niños en problemas y ayudarlos. Escribió cuatro más sobre aquel conejo, recibiendo 25 centavos por cada uno, lo que se convirtió en su primera tarifa de escritura. Al mismo tiempo, le encantaba leer libros y cómics como Tales from the Crypt, Tomb of Horrors, Crypt of Horror, Madness, Spiderman, Superman, Hulk. También, a menudo miraba películas en blanco y negro y de terror en los cines, como Creature from the Black Lagoon. Stephen ha recordado muchas veces cómo fue conmocionado por la escena del incendio forestal en Bambi, lo que provocó pesadillas durante varias semanas, y también por lo que escuchaba en un programa de radio basado en Mars is Heaven, de Ray Bradbury. Por entonces, admitió sentirse reconfortado por la sensación de miedo y de perdida total del control sobre sus sentimientos.
A principios de 1959, David y Stephen King decidieron publicar su propio periódico. Los hermanos crearon un boletín de información llamado Dave’s Leaflet y reprodujeron cada número en un mimeógrafo antiguo para distribuirlo entre los vecinos por cinco centavos la copia. David estaba a cargo de las noticias locales, mientras que Stephen escribía reseñas de sus programas de televisión y películas favoritos, así como cuentos. Fue durante aquella época que Stephen comenzó a implicarse con el trabajo de Howard Phillips Lovecraft, quien se convertiría en uno de sus autores favoritos.
En el otoño de 1971, luego de ser declarado no apto para el servicio militar, comenzó a trabajar como profesor de inglés en una escuela en Hampden, Maine. Durante dicha etapa escribe la novela Carrie, que consideró infructuosa, por lo que incluso desechó el borrador. Luego, ante la insistencia de su esposa, tuvo que sacarla del cajón. En 1974, la editorial Doubleday la publica para luego vender los derechos de autor a otra editorial: NAL. Las regalías recibidas le permitieron dejar su trabajo en la escuela y tomarse en serio la creatividad. “No hay nada más que me gustaría hacer … realmente no puedo imaginar que voy a hacer otra cosa, y no puedo imaginar que no voy a hacer lo que hago ”, diría más tarde.
Antes de publicar en 1977 The Shining, su primer gran éxito de ventas basado en el cuento La máscara de la muerte roja, de Edgar Allan Poe, escribió Getting It On (después conocida como Rage) bajo el seudónimo de Richard Bachman; sin embargo, luego de que comenzaran a producirse casos reales de tiroteos en escuelas de Kansas y se asociara a un delincuente juvenil que mató a tres de sus compañeros con la lectura de la historia, el propio autor decidió retirar el libro de la venta.
A finales de la década de los setenta y principios de los ochenta, publicó una compilación de otros trabajos bajo el seudónimo de Bachman: Long Walk, Roadworks, Running Man, Losing Weight. El escritor intentaba así comprobar si podía repetir su éxito, temiendo que fuera sólo un accidente, una coincidencia. Según otra versión, el uso de un seudónimo estaba dictado por los estándares editoriales de la época, donde se permitía la publicación de un sólo libro por año. King eligió a su alter ego poniéndole un apellido que honrara a su banda favorita de hard-rock: Bachman-Turner Overdrive. Sin embargo, el engaño fue expuesto por un librero en Washington, quien notó las similitudes entre las obras antiguas de King y las nuevas obras de Bachmann. Además, él mismo descubrió el nombre de King en una de las novelas de Bachmann en la Biblioteca del Congreso. En 1985, Stephen King revelaría la autoría real de los libros, e incluso más adelante contaría en The Dark Half (1989) una historia similar sobre cómo un seudónimo logra eclipsar a un escritor.
El 19 de junio de 1999, en Lovell, Maine, mientras caminaba, fue atropellado por un conductor de minibús, provocándole heridas graves y fracturas múltiples que le obligaron a someterse a una serie de operaciones reconstructivas. Posteriormente describió este hecho en sus memorias On Writing y en la séptima parte de The Dark Tower. Tres años después del accidente, anunció que dejaría de escribir, aparentemente debido a algunas heridas que le impedían sentarse tranquilamente. Sin embargo, más tarde, volvería, aunque matizando lo siguiente: “Escribo, pero escribo a un ritmo mucho más lento que antes … muchas cosas que hacer además de ser creativo, y eso es genial, pero la creatividad todavía juega un papel muy importante en mi vida y en mi vida diaria”.
King desarrolló su propia fórmula para el éxito en la escritura: leer y escribir de cuatro a seis horas al día. Incluso fue más lejos: estableció una norma para sí mismo (2000 palabras al día), siendo incapaz de detenerse hasta completarla. Por ello se explica que escribiera cincuenta y cinco novelas, cinco libros de divulgación científica y alrededor de doscientos cuentos, la mayoría de los cuales se recopilan en nueve colecciones de autor. La circulación de sus obras supera los trescientos cincuenta millones de copias. Sobre la base de ellos, se rodaron alrededor de cien cortometrajes y largometrajes, televisión, películas animadas y series, donde en algunas el propio autor interpretó papeles episódicos.
Según los críticos, “la agudeza de su prosa, la atención al diálogo, el estilo de presentación desarmadoramente casual y franco, la denuncia apasionada y violenta de la estupidez y crueldad humana, especialmente los niños, todo junto lo convierten en un escritor verdaderamente popular”. En su libro de 1990, Philosophy of Horror, Noel Carroll habla del trabajo de King como un modelo de la literatura de terror contemporánea. Analizando el estilo narrativo de la ficción de King y otras de sus obras no relacionadas con la ficción, reflexionando sobre el arte de expresar sus pensamientos, escribe que para King “el horror es siempre una competencia entre lo normal y lo anormal, en la que lo normal en la final volverá a dominar”.
Por su trabajo, King, un gran fanático del beisbol (su equipo favorito, los Boston Red Sox, son aludidos a menudo en sus historias), ha recibido numerosos premios literarios prestigiosos, entre ellos el premio Bram Stoker, el World Fantasy Award y el British Fantasy Society. Su relato “The Way Station” fue nominado para el Premio Nebula y su historia “The Man in the Black Suit” ganó el Premio O. Henry. A lo largo de su carrera, también ha sido condecorado por su influencia en la narrativa estadounidense: en 2003 fue galardonado con la Medalla de la National Book Foundation y en 2014 con la Medalla Nacional de los Estados Unidos en el campo de las artes, “por combinar historias emocionantes con un análisis de la naturaleza humana”.