Cartas a Poli: II

Cuando estoy a punto de sacarte de mí, algún poema tuyo aparece y no hay exorcismos, no hay sueño y sobretodo, no estás tú. Ayer dejé esta carta inconclusa, no vale la pena gastar tinta.

Ya es el cuarto día que no duermo, me consumes, no te voy a mentir; aunque este término pueda interpretarse como algo negativo, para mí no lo es, me gusta pensar que aquello que nos consume es lo que le da un sentido (por más banal que sea) a esta situación que es existir.

Pienso mucho en tus poemas, aún me pareces una gran poeta o poetiza o como se les diga a esos seres que escriben poesía. Me gusta pensar que al menos uno de esos poemas es para mí, aunque sea a medias, pensarlo me tranquiliza el alma.

A pesar de todo, de este lado de la muralla todo me sigue hablando de ti, tanto, que ya resulta casi intolerable, quisiera que te marcharas de una vez, quisiera excomulgarte de las yagas en mis manos y jamás volver a verte, sentirte o tocarte.

Cuando estoy a punto de sacarte de mí, algún poema tuyo aparece y no hay exorcismos, no hay sueño y sobre todo, no estás tú.

Ayer dejé esta carta inconclusa, no vale la pena gastar tinta.

Te desaparece, Santino.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *