Dejar de sangrar

Cada día me levanto con una idea dentro de mi alma construida a base de jirones. Es una idea, tan sólo una. Pero se convierte en obsesión cada vez que no lo logro; cada vez que me caigo y no puedo levantarme; cada vez que ella retorna a mi oscuro encuentro. 

Me gustaría dejar de sangrar. Lo hago a cada momento. 

Lo hago cada mañana cuando me doy cuenta que estoy vivo. En realidad no estoy viviendo, pero la vida rota, desgarradora y cruel vuelve a llamar a mi puerta aunque yo no lo quiera.

Sangro cada día cuando mi pasado regresa a mí. A mis oscuros pensamientos, a mis malditas ventanas cerradas al aire fresco del atardecer. 

Sangro por cada poro de mi piel. Pierdo sangre y vida cada segundo que estoy aquí. 

Sangro cada noche. Aunque esté dormido, las estrellas y la luna son testigos de cada minuto de vida que se evapora cada vez que sangro, cada vez que respiro, cada vez que suspiro, cada vez que exhalo. 

Me gustaría dejar de sangrar; de sangrar a cada momento. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *