Emerges cubierta
de pureza sin ocultar
tu vulnerabilidad que
al mismo tiempo es
tu fortaleza.
Sentir es sinónimo de vida
y el agua el espejo que retrata
aquello de lo que estoy hecho.
Los sentimientos son un mar
que exige templanza para adentrarse
y requiere la virtud del fuego
para observarlos con aplomo
sin el vicio de la pasión cegante.
Cada viaje al mar interno
es una oportunidad para
re-encontrarme
re-ligarme
y la palabra es el vehículo para
plasmar lo vivido en el libro del “Yo”.
Los sentimientos son un mar
que me define
me conforma
donde puedo
ahogarme
perderme
o salir avante si descifro los símbolos del “Yo”.