Inteligencia Artificial: ¿enemigo o aliado?

Por: Alba Otero.

Alrededor de 27 personas empleadas por PA Media, anteriormente la Asociación de la Prensa, fueron informadas el jueves de que perderían sus empleos un mes después de que Microsoft decidiera dejar de emplear humanos para seleccionar, editar y seleccionar artículos de noticias en sus páginas web.

The Guardian.

En medio de una pandemia mundial provocada por el virus Covid-19, una nueva crisis agita al mundo entero. Empresas del sector periodístico, que seguían sufriendo las secuelas de la caída de Lehman Brothers en 2008, se han visto obligadas a cambiar su modelo de negocio y sustituir periodistas por máquinas.

En el informe desarrollado bajo la investigación Inteligencia artificial aplicada al periodismo 2019-2020, por la Cátedra RTVE-UAB Innovación en los informativos en la sociedad digital, explican lo siguiente: “Associated Press (AP), desde 2014, utiliza la tecnología que les proporcionaba Automated Insights para generar 4.400 noticias breves -con un máximo 300 palabras- cada trimestre, allá donde los periodistas solo fueron capaces de generar, en el mismo tiempo, solo 300 sin automatización. En 2018, el editor jefe de Press Association, Peter Clifton, anunciaba que se habían escrito 50.000 noticias locales en tres meses con el servicio de noticias de RADAR. Todo ello indica que es muy probable que, en la actualidad, diariamente, muchos miles de textos periodísticos en todo el mundo deban su existencia al concurso de la IA”. Esta forma de generar noticias breves, y sin ningún tipo de repercusión, puede ser una forma rápida para generar contenido en una sociedad que se mueve en un flujo de información rápido. 

En el estudio ahondan que la productividad y la diversidad son las razones para que el sistema de generación automática de textos se incorpore en las empresas periodísticas. Sobre todo, en aquellas donde su modelo de negocio consista en aumentar la productividad para conseguir beneficios. Este planteamiento me genera dos ideas contrapuestas que, sin embargo, las puedo converger. Por un lado, expongo la idea de E. Thorson, que en sus tres generalizaciones expone que en igualdad de condiciones, gastar dinero en las redacciones aumenta la calidad de las noticias, lo que ampliaría la circulación y los ingresos. Por otro lado, se podría utilizar el modelo planteado por la IA en noticias que no tengan gran repercusión y que sean hechos constatados. Por ejemplo, unas pequeñas líneas de la clasificación o victoria de un evento deportivo o la predicción del tiempo. En cuanto a la unión de estas dos propuestas, sería un modelo que apuesta por la calidad periodística invirtiendo en sus redacciones y dejando las noticias que sean hechos esclarecidos para la Inteligencia Artificial. Por lo que aquí también se deberían redefinir los géneros periodísticos.  

Tal y como se presenta, se podría considerar como una vertiente para mejorar el conocido periodismo de calidad, es decir, hacer una mayor apuesta por un periodismo basado en un correcto funcionamiento del contexto, en la verificación de los hechos, así como en el orden  y la redacción correcta de las informaciones. También, debe ser ideológicamente independiente de todo tipo de institución pública como privada. Por último, en una cultura participativa, se debe tener en cuenta la innovación y un modelo de difusión vertical, donde exista una reciprocidad de informaciones, por lo que concuerdo con el estudio: “Por esta razón es necesario que las empresas cuenten con periodistas especializados en datos, o, en su falta, a transformar sus periodistas en periodistas aumentados, es decir en profesionales acostumbrados a cooperar con las máquinas, ya que, como subrayan los entrevistados, las máquinas “no ha nacido para sustituir a los humanos, sino para acompañarlos”.

¿Qué pasará con las fake news?

El movimiento de noticias masivo ha propiciado que muchos medios de comunicación hayan abusado del clickbait, es decir, la importancia de tener más visitas en tu medio digital. Todo ello ha provocado una confluencia de información que desvirtúa muchas de las noticias convirtiéndolas en bulos. Aunque el periodista siempre ha tenido como reto el interés, actualmente se observa que la solución mayoritaria de las viejas marcas ha sido bajar el nivel para tener esos millones de clics. Son clics de gente que no quería leer información y sigue sin querer hacerlo. Por ese motivo, las historias no se valoran por su importancia o rigor. Sólo por conseguir tráfico en la web se pueden incluir noticias falsas que hacen un daño irreparable al medio. 

Finalmente, si en una redacción las noticias que más se producen y se mueven a través de las redes sociales e Internet son configuradas a través de IA, y los periodistas se dedican a realizar crónicas, entrevistas, reportajes, enmarcados en un contexto de calidad, no quedará lugar para las fakes news o bulos. Sin embargo, existe otra premisa de la consultora Gartner que prevé para el año 2022 lo siguiente: “La mayoría de los ciudadanos y ciudadanas consumirán más noticias falsas que verdaderas”. En ese documento se destaca la necesidad de crear un marco ético en el que la tecnología esté al servicio de las personas. Sea como sea, queda claro que el periodismo de calidad busca la esencia del periodismo: ser la voz del pueblo.