No exagero cuando digo que Pepe del Bosque (Ciudad de México, 1988) lleva más de un lustro abanderando a contrapelo la lucha por democratizar el periodismo enfocado al análisis de fútbol en México. En el umbral de la Eurocopa 2021, su primer gran cita de selecciones como analista de televisión, platiqué con él sobre su visión del juego, las narrativas en torno al fútbol y el proyecto que comanda en Editorial Puskas.
Hay distintas maneras de aproximarse al fútbol como periodista, ¿por qué tomar el camino del analista?
Me gusta ver el fútbol y entender por qué pasan las cosas. A veces se consigue, a veces te quedas en el camino. Pero intento llegar a una conclusión de por qué pasó tal cosa, más allá del resultado, porque a veces el resultado te dice algo que no ocurrió en el trámite del juego, y eso también se tiene que explicar en la narrativa de un partido. Me interesan los porqués: la intención de un técnico, por qué un futbolista juega mejor en su equipo que en su selección, cuál es el contexto propicio para un central que tiene buena salida de pelota. Todo eso se da con horas de vuelo, viendo muchos partidos. Al final, yo hago análisis porque me gusta aspirar a saber lo que pasa en la cancha. Ese ejercicio es lo que más me motiva y me emociona.
Particularmente el fútbol de selecciones propicia, también, otro tipo de narrativas, quizá más vinculadas en exaltar los atributos socioculturales del juego.
El fútbol de selecciones te da la posibilidad de tener un hilo mucho más extenso. Hay un contexto de análisis evidente cuando hablas de trasladar el presente de un jugador de un club a selección, pero luego está todo lo que envuelve una justa como la Eurocopa: las sedes, los estadios, la representatividad de los equipos, el cómo dialogan las ciudades con su propia historia, su literatura. Ahí está Emilio Fernando Alonso, que es buenísimo haciendo eso. Nosotros en Editorial Puskas no sólo hicimos una guía enfocada al análisis táctico de los equipos rumbo a la Eurocopa, sino también buscamos darle un gran peso al contexto social y cultural. Tienes sedes como Bakú, Sevilla, Copenhague diciéndote cosas que te pueden servir para construir narrativas y contar historias más allá del juego.
Sospecho que para la cobertura de los veranos consagrados al fútbol pueden llegar a ser más útiles los periodistas, a secas, que los autodenominados periodistas deportivos.
Alberto Lati te dio alguna vez una gran respuesta: No existe el periodismo deportivo. O eres periodista o no eres periodista. Es un término complicado. Al final hacer periodismo es contar historias y abordar todo el contexto, el entorno. Y luego, además, buscar acercarse al análisis. No tienes que ser entrenador ni haber ganado el Pulitzer de periodismo para poder hacer un buen trabajo durante una cobertura, pero debes tener una preparación, tener a los equipos vistos, saber cómo juegan. Es fundamental saber de qué estás hablando. A veces surge mucho el tema de la improvisación, los tópicos de toda la vida, los lugares comunes. El primer punto para hacer una buena reflexión es prepararse. Ver muchos partidos durante la temporada, para luego poder contextualizar. Cómo juega Hakan Calhanoglu en el Milán y cómo juega en Turquía. Sólo se puede alcanzar ese punto de reflexión con el trabajo. La piedra angular del analista y comentarista de fútbol internacional es ver muchos partidos, ver mucho fútbol. Cansarse de ver fútbol.
Estás por comentar tu primera Eurocopa como analista de televisión en Sky Sports, ¿intuyes que se pueda estar gestando un cambio de discurso a gran escala en México?
Es complicado, al final lo que más vende en casi cualquier parte del mundo es el sensacionalismo. También hay que decir que poco a poco la gente que se aproxima con un prisma más analítico está ganando terreno. Va a costar veinte o treinta años llegar a un punto más alto, sí, pero poco a poco vamos teniendo mayor participación. En TUDN los análisis del Ruso Zamogilny me parecen muy buenos; en Fox está Tony Valls, al que considero un estupendo comentarista; en Imagen, un canal de televisión abierta, me dan la oportunidad de hacer segmentos de táctica, donde intento desmenuzar patrones de juego para que la gente los asimile de manera más sencilla. Es decir, sí se puede cambiar el discurso, pero a gran escala es más complicado. Al final, el fútbol antes que ser visto como un deporte es visto como entretenimiento. Si su equipo jugó muy bien y perdió, a la gente le da lo mismo. Ese es el principal reto al que se enfrenta el analista.
Se suele hablar del sensacionalismo como el gran lastre del periodismo sobre fútbol en México, pero es un fenómeno que no es exclusivo de nosotros. Para no ir más lejos, España es el gran bastión de los tertulianos con bufanda. ¿Cómo es que allá sí logran irrumpir más voces y medios disidentes como una alternativa legítima al periodismo de masas?
En España hay más periodistas enfocados al análisis, por lo tanto hay un nicho más grande. También hay que ser sinceros: gran parte de los llamados panenkitas no encuentran trabajo en medios o no tienen el protagonismo que merecen. Eso es duro, pero hay que apostar por tener más periodistas con un discurso reflexivo para generar otras audiencias. Buscar que poco a poco se equilibre la balanza. Allá, de entrada, son distintas proporciones respecto a la gente que le interesa el análisis y a la que no. No hablamos de un 50-50, pero sí de un 85-15. En México si hablas de análisis eres un vende humo, hijo de Juan Carlos Osorio. En la medida que haya más periodistas que fomenten el discurso del análisis, habrá más gente interesada en comprender el fútbol. En México vende mucho la palabra fracaso. Está bien interpretar los resultados, pero hay que ir más allá. ¿Por qué perdiste? Por un balón parado, por un penalti. En la victoria y en la derrota hay cosas negativas y positivas.
Editorial Puskas ha recogido el testigo de medios con discursos radicales como Ecos del balón y Marcador Internacional. ¿Sigue siendo posible explicar y abordar la complejidad del fútbol sin correr el riesgo de intelectualizarlo demasiado y alejarlo de la gente?
Son dos portales de referencia, que sin duda inspiraron lo que hoy es Editorial Puskas. Es una pena que Ecos no haya podido sostenerse financieramente, pero ahora ves a Miguel Quintana haciendo periodismo en otros formatos, a Alejandro Arroyo que ha crecido muchísimo, a Abel Rojas que trabaja con la Real Sociedad. Marcador Internacional creó un gran fórmula entre el periodismo de análisis y las historias, de la mano de gente como Toni Padilla. Sí es posible, pero este tipo de proyectos se sostienen siempre y cuando tengan a una comunidad que los respalde. Porque no solamente es el tema de te leo, sino el te leo y te apoyo. Incluso con miras a monetizar. No se puede competir directamente con un diario que busca el clic fácil con análisis que requieren descargarse diez o quince partidos sin una base activa de lectores. Es mejor encantarle a pocos que gustarle a muchos. Ésto lo explica muy bien Ilie Oleart, de La Media Inglesa, que para mí es el equilibrio perfecto entre el análisis y el entretenimiento inteligente.