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Señora Horror: La violencia americana en Babysitter de Joyce Carol Oates

La manera prolífica de escribir de Joyce Carol Oates (Lockport, NY, 1938) es su sello de la casa. Desde 1963, cuando debutó con la antología personal By the North Gate hasta ahora, ha publicado más de cien libros en todos los géneros literarios. Su más reciente novela publicada en español por Alfaguara es Babysitter, una reescritura de un manuscrito originalmente desarrollado en 1977, cuando la autora era una mujer joven que vivía en el área de Detroit (antes que se convirtiera en un pueblo fantasma) y tomó una serie de crímenes locales (un puñado de infanticidios cometidos por un asesino apodado “The Babysitter Killer”) que estremeció al estado de Michigan. Dicho manuscrito, entonces titulado The Evening and The Night nunca se publicó (la Oates lo encontró muy perturbador en su momento) y esta revisión llega en la cúspide de la madurez de la que es, probablemente, la mujer de letras más relevante de la literatura estadounidense en dos siglos (la segunda mitad del XX y lo que va del XXI, aunque Colin White, que la menospreciaba y rehusó incluirla en el programa educativo de la carrera de Letras Modernas Inglesas en la UNAM, por considerarla ‘neurotic and trashy’, se revuelque ahora en su tumba).

Son finales de los 70 en los suburbios residenciales de clase alta de la llamada “Motor City”. Un asesino en serie conocido como “Babysitter” anda suelto. Se supone que es “no blanco” y “de la ciudad”, porque secuestra y asesina a niños blancos, generalmente varones, dejando sus cuerpos desnudos y bañados para ser encontrados con – “como en una cruel parodia de la maternidad” – su ropa recién lavada cuidadosamente doblada a su lado. 

Mientras la ciudad monta en pánico, en pleno día, Hannah Jarrett, un ama de casa sexualmente frustrada de 39 años y madre de dos hijos, camina nerviosamente por un pasillo lujosamente alfombrado en el piso 61 del Renaissance Grand hotel. Ella está aquí para verse con un hombre al que sólo conoce como YK. Un hombre que, habiéndose acercado a ella en un coctel elegante, rozándole sugerentemente la muñeca con los dedos, la tienta o a aceptar la primera cita adúltera en sus 11 años de mujer casada. La solitaria y burguesa Hannah, que cree que “si una mujer no es deseada, no existe”, busca menos sexo (que le resulta “repugnante” y le da ansiedad) que un “alma gemela”: Alguien que la haga sentir atendida, a diferencia de su marido, un hombre de negocios condescendiente y taciturno, que, desde los ataques de “Babysitter”, guarda un revólver Magnum en el cajón de la mesita de noche.

Con ropa elegante, perfumada,  maquillada y con altos tacones, Hannah finalmente reúne el valor para llamar a la puerta marcada con “No molestar”. Inmediatamente la empujan hacia adentro y la puerta se cierra con llave. Lo que sigue es una de las descripciones más desgarradoras de una agresión sexual prolongada que recuerdo haber leído.

Babysitter es una novela que se puede describire con una sola palabra: brutal.  

Se trata de una narrativa cuidadosamente estructurada que lleva al desmantelamiento físico, mental y moral de una mujer. La Oates no se anda por las ramas ni con florituras al establecer paralelos entre la historia de cómo el ama de casa modélica se convierte en esclava sexual de un pervertido (¿o será que ella misma también es una pervertida y no lo ha aceptado aún?) y cómo el psicópata asesino metódicamente corrompe las instituciones locales y selecciona a sus víctimas. Pronto, la identidad del amante bandido de Mrs. Jarrett se confunde con la del predador. ¿Serán uno y el mismo? ¿Se está convirtiendo ella en una especie de cómplice del monstruo? ¿Está poniendo a sus propios hijos en peligro?

Años después de haber escrito (y guardado) esta novela, la Oates experimentó con una manera más directa de hacer novela negra con dos seudónimos -Rosamond Smith y Lauren Kelly-, pero su retorno a esta narrativa está más vinculado con su intención literaria reciente. Así como Blonde, más que un retrato imaginario de Marilyn Monroe es en realidad una novela de horror psicológico sobre la mutilación física y emocional fríamente calculada de Norma Jean Baker por parte de los hombres en su vida (y su madrecita también), Babysitter es un relato perturador y súperbestia acerca de cómo el horror moral conradiano se manifiesta en un microcosmos (la vida doméstica de la protagonista) al mismo tiempo que consume el macrocosmos (Detroit y su área conurbada). 

Al llegar al violento, abrupto y sumamente perturbador desenlace, la Oates no se compromete a nada y el lector sufre un bestial electroshock. La sensación de ansiedad y grima que provoca, dura por días. Quedan advertidos: es una lectura fascinante e irresistible, pero no está hecha para “gustar”. Está hecha para perturbar y herir las sensibilidades complacientes y burguesas de los lectores de ayer y hoy.

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