A secas

Te despiertas limpio de recuerdos

y miras sin emoción

los últimos penachos de humo

que se elevan desde el suelo.

La tierra está calcinada

pero la torre ha resistido.

Habrá que poner más ahínco

en demolerla. Pero no hoy

ni mañana. Existir

sin lucha ni derrota.

Es extraño, pero a veces

es suficiente.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *