La silueta era lo único que podía verse desde donde ellos se encontraban. Sobre el oscuro del cielo vespertino, entre violetas del reino nocturno de Mond y los naranjas penetrantes de los últimos minutos de Sonne, un gran tejo solitario se movía con el viento, cantando algo que, probablemente, solo él entendía. Entre sus ramas, […]
