Es el nombre del álbum de fotos que no debo mirar. La palabra que ahora escribo tanto para desahogar todas las veces que no te la he podido decir.

Es el nombre del álbum de fotos que no debo mirar. La palabra que ahora escribo tanto para desahogar todas las veces que no te la he podido decir.
Estaba allí, viviendo el sueño. Volveré otro día sólo para mirar cómo tú, Nueva York, amaneces.
Un pequeño grupo de desconocidos que, sin saberlo, se volvieron mis compañeros de madrugada.
No es más que una metáfora, una sinécdoque⎯ en realidad⎯ , de las idas y venidas de las personas, de los gritos y las risas, los llantos y los orgasmos.
Entonces me desprendo de todo aquello que en el día me persiguió y leo a mares para escribir ríos
Kilómetros de avenidas, callejones, privadas y más se diluyeron a mis pies a paso veloz hasta que llegué a Tlalpan.